Prostitución

A veces es llamado de manera eufemística (e incorrecta) «la profesión más antigua del mundo».[4]​[5]​ También existe, en menor medida, la prostitución masculina, donde los clientes también son generalmente varones, aunque también hay mujeres.Tradicionalmente la prostitución se ha ejercido en sitios destinados a este fin, llamados «burdeles» o «prostíbulos».Estos han sido habitualmente casas regentadas por un proxeneta, en las que hay prostitutas y habitaciones privadas para practicar la prostitución.El término coloquial más extendido en los países de habla hispana para referirse a una prostituta es «puta», palabra que conlleva una fuerte connotación despectiva.[22]​ Sin embargo, en el portugués europeo, puto mantiene el significado de ‘muchacho’, sin connotación sexual alguna, mientras que en varios países de Hispanoamérica esta forma masculina se aplica despectivamente a los varones homosexuales no necesariamente prostitutos.Eran llamadas lobas u originalmente lupas las que ejercían la prostitución sagrada con los sacerdotes de este dios, los luperci, en el Ara Máxima.Otra acepción del término prostitución puede referirse al hecho de que una persona se preste a actos moralmente censurables o vituperables (no necesariamente relacionados con el aspecto sexual) por el simple hecho de obtener algún beneficio o prebendas.[26]​ También en la Edad Antigua, la prostitución estaba bien presente en Cerdeña y Sicilia, así como en varias culturas fenicias, en las que se practicaba como rito religioso en honor de Astarté.[cita requerida] La prostitución fue, desde la Época Arcaica, una actividad común en la vida cotidiana de las ciudades griegas más importantes.Se puede, también, incluir en esta categoría a las músicos y bailarinas que oficiaban en los banquetes masculinos.Comparables en cierta medida a las geishas japonesas, poseían una educación esmerada y eran capaces de tomar parte en las conversaciones entre gentes cultivadas.Únicas entre todas las mujeres de Grecia, espartiatas aparte, eran independientes y podían administrar sus bienes.Por un lado, dentro del propio mundo griego, hubo prostitución sagrada en Sicilia, en Chipre, en el reino del Ponto o en Capadocia; por otro, la hubo también en Corinto, cuyo templo de Afrodita alojaba una importante tropa servil, al menos después de la época clásica.[33]​ Algunos burdeles eran regentados por los propios municipios, y desde mediados del siglo XIV, estos concejos o asambleas de vecinos regulaban la prostitución arrendando los establecimientos a los padres de la mancebía que controlaban rigurosamente a las prostitutas, que debían ser solteras, con buena salud y someterse regularmente a inspecciones sanitarias y de higiene corporal.Un brote de sífilis en Nápoles durante 1494, que más tarde se extendería por Europa, podría haber tenido origen en el intercambio colombino."[38]​ La prostituta era considerada una “puta (…) disponible para la lujuria de muchos hombres” y se asociaba estrechamente con la promiscuidad.También existía una red que prostituía a mujeres europeas en India, Sri Lanka, Singapur, China y Japón durante el mismo periodo.Con frecuencia en los bares en donde la relación local-prostituta equivale a la relación entre un patrón y su trabajador(a), el cliente debe pagar una compensación para que la prostituta/o pueda excusarse del trabajo, bajo el concepto de que al marcharse, ella/él deja de generar invitaciones a bebidas por parte de los clientes, y al haber menos chicas/os, el bar pierde atractivo en la noche, por lo cual se reduce la clientela.También es una práctica extendida entre pederastas, que buscan una edad de consentimiento menor o permisividad respecto a la prostitución infantil.El abolicionismo considera la prostitución como una forma de violencia contra la mujer que debe ser abolida por completo.El modelo nórdico, vigente en países como Suecia, Noruega e Islandia, es el referente legal del abolicionismo, ya que ilegaliza comprar sexo, pero no venderlo.[63]​ Las posiciones regulacionistas buscan la despenalización del trabajo sexual y regular la prostitución como una profesión legítima.Desde las posiciones regulacionistas se tiende a utilizar la denominación «trabajador sexual» para cualquiera que ejerza la prostitución, así como otras profesiones relacionadas con el sexo; denominación que recibe críticas por parte de sectores abolicionistas y moralistas, al considerar que el sexo no es un bien de consumo, y, por lo tanto, el "trabajo sexual" no es un trabajo auténtico.En la Edad Media y en la Edad Moderna, la simple fornicación, es decir, los actos sexuales entre solteros, son pecado, según los teólogos, moralistas, políticos, canonistas, etc.[72]​, pero indican todos ellos que es el menor dentro del sexto mandamiento, siendo los más graves la sodomía, el adulterio y la zoofilia.Es la posición conocida como modelo nórdico, por su adopción en Suecia, Noruega e Islandia, donde es ilegal comprar servicios sexuales pero no venderlos.[82]​ El porcentaje estimado de mujeres que ejercen la prostitución oscila desde el 0'1 % hasta el 7'5 %, dependiendo del país.[85]​ El debate sobre la prostitución y su consideración como trabajo sexual legítimo es complejo, involucrando perspectivas divergentes que van desde el activismo por la despenalización hasta críticas profundas sobre la naturaleza intrínsecamente dañina de la práctica.[87]​ Dicha enfermedad está considerablemente más presente entre los hombres y las mujeres transexuales que ejercen la prostitución.También se enfrentaron a embarazos no deseados, problemas con la anticoncepción, y un entorno intestinal destruido.
Prostitutas de Yokohama durante la Era Meiji . Fotografía de Kusakabe Kimbei .
Papiro erótico y satírico de Turín, donde se pueden apreciar escenas sexuales con supuestas prostitutas, Deir el-Medina, Imperio Nuevo, Dinastía XX, Egipto (1186 - 1070 a. C.). Artículo C.2031 del Museo de Turín.
Fragmento de Cerámica Arretina que muestra a dos amantes en la cama, Período imperial temprano romano, Museo De Finas Artes De Boston.
Juana de Arco expulsa a las prostitutas del ejército. Edición en miniatura del libro de Martial d'Auvergne, Las vigilias de Carlos VII, hacia 1484, BnF, Manuscrito francés 5054, folio 60 verso.
Prostitutas francesas llevadas a la comisaría, pintado por Étienne Jeaurat .
Tres prostitutas en un portal de Rue Asselin, en el barrio rojo de París en 1924-25, fotografiadas por Eugène Atget .
Interior de un burdel en Nápoles , 1945.
Interior de un burdel, pintura de Henri de Toulouse-Lautrec .
"La esclava blanca ", escultura de Abastenia St. Leger Eberle sobre la prostitución infantil .