Se la asocia al planeta Venus, estrella de la mañana y del anochecer.
Bajo el aspecto guerrero se le rendía culto en Agadé y en Sippar, con el nombre de Anunit.
También tiene un carácter astral, ya que personifica a varios astros: Venus, el Sol, la Luna, y las estrellas reunidas en constelaciones.
El matrimonio sagrado o la sacra hierogamia, que se representaba todos los años en el templo babilónico, no tiene un implicación moral ni es modelo de matrimonios terrestres, es un rito de fertilidad altamente estilizado con tonos litúrgicos.
[3] En 1778 a. C. Hammurabi construyó un trono para dar culto a Ishtar,[4] y en 1775 a. C., confeccionó imágenes para ella.
Así es como Ishtar volvió a la vida, pero tenía que pagar el precio: durante seis meses al año, Tammuz debe vivir en el mundo de los muertos.
También resalta su similitud con la historia posterior de Perséfone en la mitología griega, la cual fue llevada por Hades al inframundo luego de haber comido la granada de siete granos, y que luego su madre Deméter, diosa de las cosechas, se presentara ante Hades pidiéndole liberar a su hija, este, conmovido por sus lágrimas, accediera a permitirle estar 6 meses en el mundo exterior con su madre, pero los restantes 6 meses debía vivir en el inframundo como su esposa, explicando del mismo modo los períodos invernales y primaverales.
Existen otros nombres relacionados con esta diosa: Astarté, Astaroth, Esther, Stára (en persa), Hécate, Lilith e Isis.