Es la única gran ciudad real mesopotámica cuyo emplazamiento todavía permanece sin identificar, si bien se ha supuesto como posible situación la confluencia de los ríos Diyala y Tigris, entre las afueras del actual Bagdad y la actual Samarra.
La posterior forma Asiro-babilonia Acadû (de o perteneciente a Acadia) derivó probablemente del término sumerio.
[4] Hacia el 2260 a. C., Naram-Sin, cuarto sucesor de Sargón y nieto suyo, llegó al trono del imperio acadio.
Tras enfrentarse a numerosos rebeldes el rey se deidificó, construyéndose un templo en Agadé.
El dios Enlil decide vengarse y manda a los nómadas gutis contra la ciudad, los cuales arrasan con todo indicio de civilización.
Este desastre hace que hasta el mismo Enlil se lamente, retirándose a ayunar.