Junto con el Éufrates, el Tigris, cuya cuenca hidrográfica abarca 375.000 km², forma la Bifromia, en la que se desarrollaron algunas de las primeras civilizaciones avanzadas.
Otro nombre dado a este río, utilizado desde el tiempo del Imperio persa, es Arvand, que tiene el mismo significado.
El nombre Arvand se refiere a la parte baja del Tigris en el idioma persa.
Nace en los montes Tauro de Turquía oriental y fluye en general hacia el sureste.
Las últimas presas turcas en el río han estado sujetas a cierta controversia, tanto por los efectos medioambientales en Turquía como por su potencial para reducir el caudal aguas abajo.
A su vera se han desarrollado las civilizaciones antiguas de Sumeria y Acadia.
Los sumerios construyeron un extenso sistema de irrigación mediante canales y diques para aprovechar las aguas del río en la agricultura.
Por otra parte bajo Sargón de Acad (alrededor del siglo XXIII a. C.), el Imperio Acadio se expandió por Mesopotamia, utilizando el río Tigris para el transporte y la comunicación entre ciudades.
[3] En cuanto al Imperio Babilónico, especialmente durante el reinado de Hammurabi (alrededor del siglo XVIII a. C.), utilizó el río Tigris para mejorar el comercio e intercambio cultural.
Babilonia, situada a lo largo del Éufrates pero conectada al Tigris mediante canales, se convirtió en un próspero centro de comercio y gobierno[4].
En especial en los siglos XX y XXI, el río Tigris ha sido fuente de tensiones entre países que comparten su cuenca, como Turquía, Siria e Irak.
[9] En la mitología sumeria, el Tigris fue creado por el dios Enki, que llenó el río de agua corriente.
[14] Baha'ullah, fundador de la Fe Baháʼí, también escribió Las Palabras Ocultas hacia 1858 mientras paseaba por las orillas del río Tigris durante su exilio en Bagdad.