En la primera no lo incluye en la sección denominada los Profetas (Nevi'im) sino entre los Escritos (Ketuvim).
En las biblias católicas, así como en la versión de los Setenta, el texto incluye secciones, llamadas deuterocanónicas, que agregan información sobre la vida del profeta y pasajes poéticos.
Este género es de difícil comprensión, pero esencialmente muestra como Yahveh, el Dios de Israel, concede la sabiduría a sus elegidos, en este caso Daniel, y les revela sus designios secretos sobre el mundo y la historia.
El libro contiene secciones narrativas que le sirven de contexto y comentario.
Esta ubicación la heredaron luego todas las demás biblias cristianas, las cuales lo consideran uno de los Profetas Mayores.
Las iglesias cristianas ortodoxas y orientales también los consideran partes integrantes del canon por encontrarse en la Septuaginta.
Así sucede, por ejemplo, en la llamada Biblia del Oso, pero no la posterior versión Reina Valera, que corrige a ésta y elimina de ella los pasajes deuterocanónicos.
Igualmente se narra la sabiduría de Daniel al interpretar correctamente los sueños y visiones del rey.
Por último, relata lo sucedido con Daniel cuando los babilonios fueron vencidos; si bien tras dicha conquista se sitúa rigiendo a un tal Darío el Medo, desconocido por la Historia, así como a Ciro II, rey de los Persas.
Jason también obtuvo el permiso para convertir a Jerusalén en una polis o ciudad griega.
[23] Con la religión judía ahora claramente amenazada, surgió un movimiento de resistencia liderado por el sacerdote Matatías y sus hijos, los Macabeos, que durante los siguientes tres años obtuvo suficientes victorias sobre Antíoco para recuperar el Templo.