Danza de los siete velos

Su rápida adaptación al cabaré occidental como una danza de carácter erótico –ajena a las pautas sociales del fin-de-siècle– facilitó su desarrollo como número de striptease en el que las bailarinas presentaban una nueva y escandalosa imagen del deseo y la libertad sexual relacionados con textos sagrados.

En la segunda, debía dejar las joyas, lo que venía a ser como dar el propio ego.

Ya totalmente desnuda, Ishtar pudo entrar en la eternidad y rescatar a su amante.

Pero Ereshkigal se arrepintió de haberla dejado entrar e inmediatamente le prohibió que saliera.

Así, Arthur O'Shaughnessy (1844-1881) escribe: En torno a su «cuerpo enjoyado», «baila su cabello negro […] como una serpiente».

Gaston Bussière . Danza de los siete velos . 1925.
Gustave Moreau . La aparición .
c. 1876. «Justo un año después de esta pintura, Flaubert publicó su Herodías , donde el autor procede a una descripción concreta y novedosa de la danza de Salomé, que despertaría posteriormente el interés de numerosos creadores, tanto en Literatura como en Música». [ 4 ]
Éder Gyula (1875-1945). Salomé con la cabeza de Juan el Bautista .