Gilgamesh

[6]​ La leyenda paleo babilónica sobre este rey cuenta que los ciudadanos de Uruk, viéndose oprimidos, pidieron ayuda a los dioses, quienes enviaron a un personaje llamado Enkidu para que luchara contra Gilgamesh y lo venciera.

Juntos deciden hacer un largo viaje en busca de aventuras, en el que se enfrentan a animales fantásticos y peligrosos.

Muy apenado por la muerte de su amigo, Gilgamesh recurre a un sabio llamado Utnapishtim (Ziusudra en sumerio, que puede significar 'el de los Días Remotos'), el único humano, junto con su esposa, al que los dioses salvaron del Diluvio Universal y concedieron la inmortalidad.

[6]​ Finalmente, la esposa de Utnapishtim le pide a su esposo que, como consuelo por su viaje, le diga a Gilgamesh dónde localizar la planta que devuelve la juventud (mas no la vida o juventud eterna).

El sabio cede y le revela que la planta está en lo más profundo del mar.

El héroe retorna a la ciudad de Uruk, cuya magnificencia es descrita al final del poema.

Muchos estudiosos han señalado que el mito del Diluvio incluido en la Epopeya de Gilgamesh constituye un claro precedente de la historia bíblica del diluvio universal que se narra en el Génesis.

Si Gilgamesh realmente existió, probablemente vivió aproximadamente en el siglo XXVII a. C. Algunos de los textos sumerios más antiguos citan su nombre como Bilgamesh.

decretaron que estaban destinados a morir, Podemos analizar un punto clave entre la relación mortales-inmortales y su equivalencia dios-hombre.

La mitología de esta civilización se caracterizaba por idolatrar a un ser superior con poder ilimitado, sabiduría infinita y sobre todo inmortales.

Según National Geographic, "Los dioses mesopotámicos tenían la apariencia, las cualidades y los defectos de los hombres, pues habían sido concebidos a semejanza humana.

Además, la inmortalidad es considerada como una de las máximas virtudes que puede alcanzar el hombre antiguo debido a su relación directa e íntima con los dioses.