Economía neoclásica

[5]​ El economista neoclásico por excelencia es Alfred Marshall (fundador de la teoría del equilibrio parcial).

Como lo anterior sugiere, la escuela neoclásica ejerció gran influencia en los desarrollos posteriores del pensamiento económico durante el siglo XX, por ejemplo, a través de la conocida síntesis clásico-keynesiana o Neokeynesianismo,[6]​ e incluso en el presente, a través de los nuevos clásicos.

[12]​ El término se generalizó para referirse a los seguidores de la "economía marshalliana".

De acuerdo a David Colander[19]​ las características del pensamiento neoclásico; en su acepción más restringida, es decir, como extendiéndose desde aproximadamente 1870 a 1930; son: Sin embargo, como se ha notado, algunos consideran que la escuela se puede encontrar incluso en el presente.

Simplificando mucho se podría postular a nivel introductorio varios "tipos" de neoclasicismo (mantengase presente que los autores que serán mencionados no contribuyeron exclusivamente en un área): Se mencionaran dos críticas globales al neoclasicismo.

Teleológica porque asume que el proceso económico progresa o tiende a una situación estable (el equilibrio a largo plazo) que ni se observa en realidad ni se deriva de algún análisis sino que se asume como un dado con anterioridad a cualquier análisis u observación.

En las palabras de E. Roy Weintraub: "Todos somos neoclásicos ahora, incluso los keynesianos, porque lo que se enseña a los estudiantes, lo que es la economía principal (mainstream), es economía neoclásica"[5]​ Sin embargo, esa influencia no quiere decir que exista una escuela o movimiento con principios formalmente establecidos a los cuales todos adhieren explícitamente.

Weintraub posita tres principios de esa metateoría neoclásica: Los grupos o escuelas que aceptarían tal metateoría serían: 1.º: la síntesis clásico-keynesiana; síntesis neoclásica o "neokeynesianismo".

Es por eso que algunos autores como John Hicks trataron de construir un enfoque más amplio que sintetizara las ideas más valiosas de ambos enfoques, el resultado se conoció como "síntesis neoclásica".

No hay duda que la segunda parte del siglo XX (con la visión originada en Pareto) y la saga de tratados clásicos de Allais, Hicks y Samuelson; predominó una visión neoclásica que segmentó, homogenizó, e inclusive, esterilizó una parte sustancial del aporte de los pioneros.

[56]​[57]​ La nueva situación que se produjo a partir de 1973 con la Crisis del petróleo de 1973 y la estanflación subsiguiente en Estados Unidos, favorecieron la crítica a las políticas neokeynesianas vigentes en el período anterior.

En otras palabras, y a diferencia de la criticada asunción original, el sistema no demanda racionalidad o conocimiento perfecto del futuro o del sistema mismo por los actores.

Solo demanda flexibilidad en la parte de los integrantes para ajustarse a cambios en las circunstancias y/o información que se tiene o adquiere.

[56]​[57]​) por parte de economistas "neoclásicos", tales como George Stigler, Milton Friedman y el mencionado Robert Lucas, en un momento que se produjo a partir de 1973 con la Crisis del petróleo de 1973 y la estanflación subsiguiente en Estados Unidos, favorecieron la crítica a las políticas neokeynesianas vigentes en el período anterior.

[58]​ Esto ayudó al auge del monetarismo que empezó a ser influyente en algunas de las políticas macroeconómicas internacionales[61]​ (ver Nueva economía clásica).

Esto, a su vez, llevó al desarrollo de la Nueva economía keynesiana[62]​ (no confundir con el neokeynesianismo), representada por personajes tales como Jordi Galí, Paul Krugman, Nouriel Roubini, Joseph Stiglitz, etc. A pesar de todas las críticas señaladas, la economía neoclásica es la que más se enseña en aulas porque muchos la consideran una buena base para pensar y resolver numerosos problemas económicos fundamentales.[¿quién?]

Curvas de oferta y demanda basada en el análisis marginalista es uno de los fundamentos de la economía neoclásica.