Demanda agregada

La demanda agregada es la suma de bienes y servicios que los consumidores, las empresas y el Estado están dispuestos a comprar a un determinado nivel de precios.

La política económica puede incidir en este equilibrio mediante medidas que hagan desplazar la demanda agregada.

Cuando el desempleo es elevado, un incremento del gasto y, por tanto, de la demanda elevará la producción y el empleo sin afectar demasiado a los precios: son políticas expansivas de la demanda agregada.

Las perturbaciones de la oferta pueden llegar a reducir la producción, como sucedió en la crisis del petróleo en los años setenta del siglo XX; por el contrario, las políticas tendentes a elevar la productividad y, por tanto, la oferta agregada pueden contribuir a reducir las presiones sobre los precios.

Para algunos autores, la expansión del neoliberalismo durante el último tercio del siglo XX ha desarticulado el vínculo tradicional entre salarios, ingresos y demanda agregada, lo que vendría a socavar las propias bases de la economía capitalista a nivel mundial.

La gráfica muestra el equilibrio entre la oferta y la demanda agregada y cómo se modifica el equilibrio por un cambio en la función de demanda agregada.