En 1920 publicó su obra más señalada, Economía del bienestar (The Economics of Welfare), obra que ejerció gran influencia en ese campo de la economía.Pigou interpretó el bienestar económico como un estado de ánimo subjetivo, que era ordinariamente mensurable y que podía ser relacionado con la unidad de medida del dinero.Este último podía mejorar con el aumento de la renta nacional, con su más amplia difusión y con su mayor estabilidad.Al prestar atención al volumen y a las variaciones del producto total, Pigou planteó cuestiones que ya habían sido propuestas por Smith, pero que habían desaparecido de la corriente principal de la tradición doctrinal del siglo XIX, tradición que había sido establecida por David Ricardo y que se había centrado en los problemas del valor y de la distribución surgidos de una producción nacional determinada.Cuando entre una divergencia de este tipo, ésta impedirá que se alcance una producción óptima ideal, es decir, una renta nacional máxima.El primer tipo de divergencia requiere subsidios públicos o privilegios fiscales para elevar el producto privado marginal neto hasta el nivel del producto social marginal neto; el segundo tipo requiere impuestos especiales que graven a las empresas privadas por el equivalente de aquella parte de sus propios costes que no es sufragada por ellas mismas.El análisis de Pigou incluía también un caso mucho más discutible, caso éste al que ya Marshall había prestado atención, y que había puesto en marcha una viva discusión.Se trataba del caso de las industrias de coste decreciente, que se supone no invierten suficiente y pueden, por tanto, incluirse entre las que deben recibir subsidios, frente a las industrias de coste creciente, que se supone invierten demasiado y deben ser gravadas con impuestos especiales.Mientras Marshall había discutido este asunto refiriéndose a los excedentes del consumidor, Pigou lo abordó con la ayuda del análisis del producto neto social y privado, pero sin dar tampoco pruebas convincentes de que pudiera mejorarse el bienestar imponiendo tributos a un grupo de personas y restringiendo su consumo de un bien, en tanto que se utilizaba el importe del impuesto para estimular el consumo de otro bien que el grupo anterior podía quizá no desear.El trabajo de Pigou transformó lo que hasta entonces habían sido excepciones aisladas, en un sistema integrado y que representaba por ello una rotura más pronunciada con la doctrina de la armonía.Con la ayuda del efecto del saldo real, algunos economistas han intentado resucitar la pérdida fe en la tendencia de la economía hacia el pleno empleo, tendencia ésta negada por Keynes.Ha habido otros que han menospreciado la importancia práctica de dicho efecto.