Curva de indiferencia

Esto quiere decir que para todos los puntos pertenecientes a una misma curva, el consumidor no tiene preferencia sobre una combinación u otra.

[1]​ Las preferencias del consumidor le permiten elegir entre diferentes canastas de consumo.

Si se ofrece a un consumidor dos canastas diferentes, elegirá la que mejor satisface sus gustos.

Si ambas satisfacen sus gustos en igual medida, se dice que el consumidor es «indiferente» entre las dos canastas.

[2]​ La representación gráfica más habitual presenta dos bienes alternativos X e Y (Figura 1) entre los cuales el consumidor puede elegir.

La teoría de las curvas de indiferencia fue desarrollada por Francis Edgeworth en su libro Mathematical Psychics: an Essay on the Application of Mathematics to the Moral Sciences, 1881,[3]​ Vilfredo Pareto las dibujó por primera vez en su libro "Manuale di economia politica con una introduzione alla scienza sociale", 1906.

Para que las conclusiones alcanzadas en el equilibrio del consumidor sean correctas, es necesario que las preferencias de los consumidores sean regulares y por tanto las curvas de indiferencia cumplan las restricciones exigidas por el modelo (continuidad, derivabilidad, convexidad, utilidad marginal decreciente en ambos bienes, no sustituibilidad perfecta, entre otros).

Las curvas son convexas al origen, mostrando el efecto sustitución negativo.

La característica más importante de estos bienes es que el consumidor prefiere consumirlos en proporciones fijas.

Figura 1. Un ejemplo de mapa de indiferencia con dos bienes elegibles X e Y y tres curvas de indiferencia, es decir, tres niveles de satisfacción distintos.
Figura 2. Deducción de las curvas de indiferencia. En primer lugar se muestra que la utilidad marginal es decreciente respecto a las dos variables (requisito para que las curvas sean convexas y exista equilibrio). A continuación se crea una representación de la función en la que Z sea la utilidad. Finalmente se proyectan las curvas de nivel en el plano XY.
Figura 3. Dos curvas de indiferencia que se corten incumplen el principio de transitividad de las preferencias del consumidor.