Fue estudiante del Liceo Clásico D'Azeglio y tuvo entre sus profesores a Humberto Cosmo.
Keynes también confió a Sraffa la edición italiana de su tratado sobre la Reforma Monetaria.
En Milán frecuentó a Carlo Rosselli y Raffaele Mattioli, en esa época asistentes de Einaudi.
Luego fue nombrado profesor de economía política en Perugia y posteriormente en Cagliari.
En este período, Sraffa se declaró marxista radical y entabló una gran amistad con Antonio Gramsci, el principal dirigente del Partido Comunista Italiano, gracias a la cual publicó varios artículos en la L'Ordine Nouvo.
En este período también estuvo en contacto con Filippo Turati, uno de los principales exponentes del Partido Socialista Italiano, que posiblemente lo visitó en Rapallo donde su familia poseía una casa para pasar vacaciones.
[2] En esas conversaciones Sraffa se reveló como un pensador y lógico profundo.
Wittgenstein agrega que sus discusiones con Sraffa lo hicieron sentirse “como un árbol del cual todas las ramas han sido podadas”.
Preludio a una crítica de la teoría económica (1960) se propuso sentar las bases teóricas para una crítica de la escuela económica predominante en su época, y triunfante hoy en día, la escuela marginalista o neoclásica, y perfeccionar la teoría clásica del valor desarrollada principalmente por Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx.
Y lo notable es que como nos cuenta Pasinetti en Sraffa y la matemática:desconfianza y necesidad, que en la construcción de la mercancía tipo o patrón su amigo matemático Abram Besicovitch, le decía a Piero que matemáticamente el sistema de ecuaciones propuesto por Sraffa, podía tener muchas o ninguna solución.
Sraffa sin embargo siguiendo la lógica económica sostiene de porfiado que la solución es única.