Giulio Einaudi

De joven era un lector voraz, y todo culminó en la editorial que lleva aún su apellido, Einaudi.

La persecución del régimen hizo daño a la editorial, pues entre 1935 y 1943 hubo un control absoluto.

Eligió a los mejores colaboradores italianos; apoyó y se unió a proyectos extranjeros como el de Einaudi-Gallimard y, más tarde, el de Carlos Barral.

Estos libros estaban magníficamente editados y además eran asequibles económicamente.

Hizo grandes descubrimientos de escritores italianos (Carlo Levi, Italo Calvino, Pier Paolo Pasolini, Leonardo Sciascia, Elsa Morante, Carlo Emilio Gadda y extranjeros: Thomas Mann, Man Ray, Lévi-Strauss, Jacques Lacan, Angelo Maria Ripellino, entre muchos otros.