El color es la impresión producida por un tono de luz en los órganos visuales, o más concretamente, es una percepción visual que se genera en el cerebro, -específicamente en el lóbulo occipital, corteza visual- de los humanos y otros animales al interpretar las señales nerviosas que le envían los fotorreceptores en la retina del ojo, que a su vez interpretan y distinguen las distintas longitudes de onda que captan de la parte visible del espectro electromagnético.
Todo cuerpo iluminado absorbe una parte de las ondas electromagnéticas y refleja las restantes.
La luz blanca puede ser descompuesta en todos los colores del espectro visible por medio de un prisma (dispersión refractiva).
Esta información precisa se transfiere al córtex visual por las vías denominadas radiaciones ópticas.
Esta actividad determina que las cualidades vivenciales de la visión del color puedan ser referidas mediante los atributos: luminosidad, tono y saturación.
Se denomina visión fotópica a la que tiene lugar con buenas condiciones de iluminación.
Muchos primates de origen africano (catarrinos), como el ser humano, comparten las características genéticas descritas: por eso se dice que tenemos percepción tricromática.
Sin embargo, los primates de origen sudamericano únicamente tienen dos genes para la percepción del color.
Posiblemente esta mutación esté relacionada con la capacidad para distinguir los frutos maduros de los que no lo están, debido a la evolución natural.
Los insectos, por el contrario, suelen tener una mejor percepción de los azules e incluso ultravioletas.
También Newton hizo converger esos mismos rayos de color en una segunda lente para formar nuevamente luz blanca.
La apariencia de los pigmentos o tintes está íntimamente ligada a la luz que reciben.
Desde las glaciaciones los humanos empleaban plantas y partes de animales para lograr tintes naturales con los que coloreaban sus tejidos.
Thomas Young partiendo del descubrimiento de Newton que la suma de los colores del espectro visible formaba luz blanca realizó un experimento con linternas con los seis colores del espectro visible, proyectando estos focos y superponiéndolos llegó a un nuevo descubrimiento: para formar los seis colores del espectro solo hacían falta tres colores y además sumando los tres se formaba luz blanca.
Un ojo humano normal solo contiene tres tipos de receptores, llamados conos.
Por ejemplo, para las especies conocidas como tetracrómatas, con cuatro receptores de color distintos, se utilizarían cuatro colores primarios (como los humanos solo pueden ver hasta 400 nanómetros (violeta), pero los tetracrómatas pueden ver parte del ultravioleta, hasta los 300 nanómetros aproximadamente, este cuarto color primario estaría situado en este rango y probablemente sería un violeta espectral puro, en lugar del violeta que vemos).
Con este conocimiento se puede afirmar que hay infinitas combinaciones posibles de colores.
Así es como las reproducciones de ilustraciones son producidas en grandes cantidades, aunque por varias razones también suele usarse una tinta negra.
[13] Aunque los dos extremos del espectro visible, el rojo y el violeta, son diferentes en longitud de onda, visualmente tienen algunas similitudes, Newton propuso que la banda recta de colores espectrales se distribuyese en una forma circular uniendo los extremos del espectro visible.
Muchos estudiosos admitieron el círculo de Newton para explicar las relaciones entre los diferentes colores.
Se puede hacer lo mismo con los tres primarios de síntesis sustractiva y llegaríamos a un círculo cromático equivalente.
Al situar juntos y no mezclados colores complementarios el contraste que se logra es máximo.
La denominación complementario depende en gran medida del modelo de círculo cromático empleado.
A medida que las cantidades de RGB se igualan, el color va perdiendo saturación hasta convertirse en gris o blanco.
Por ejemplo, la técnica de acuarela tiene menor capacidad para saturar que la del acrílico.
Los parámetros I y Q son nombrados en relación con el método de modulación utilizado para codificar la señal portadora.
Los parámetros son H=matiz o tono (del inglés hue), S=saturación (saturation), V=valor (value) y L=luminosidad (lightness).
Y no había tampoco mención alguna del color azul en el resto de los autores griegos.
La única cultura antigua que sabía representar el color azul fue la egipcia, e incluso así les costó mucho fabricar el pigmento de forma sintética, pues no se encuentra fácilmente en la naturaleza (por ejemplo, no hay flores azules: las primeras las fabricaron los humanos).
Y, aunque la tribu Himba de Namibia no posee palabra alguna para el azul, si saben distinguir matices del color verde que a nosotros nos cuesta notar.