Se aplica en casi todas las ramas del diseño.
[1][2][3] Aunque es una actividad creativa, en la artesanía no rigen las leyes morfogenerativas ni la lectura ni comprensión de la forma, por lo que se desarrolla en un ámbito exclusivamente industrial, como en el automotriz, de electrodomésticos, mobiliario, etc.; y suele intervenir en el desarrollo de productos —como autos, lavarropas, lámparas, celulares, envases, etc.— no solo a nivel formal, sino también estructural y de comunicación operativa.
Partiendo de una definición clásica, el espacio es una serie infinita de puntos y la figura es por el contrario, una serie finita puntos; y es así como a partir de la matriz surgen entonces tipologías básicas según cómo se desarrolla la figura en el espacio y las dimensiones predominantes: punto, línea, área y volumen.
Sin embargo existen otras leyes que dominan la construcción y generación de formas industriales son: las curvas cónicas, que permiten describir curvas desarrollables industrialmente y las estructuras poliédricas, que permite desarrollar fundamentalmente sistemas de figuras.
La figura es simplemente inmaterial, y aunque quizás no se pueda ver o tocar, si es susceptible de representar.