Percepción del color

Estas células, principalmente los conos y los bastones, recogen los diferentes elementos del espectro de luz solar y las transforman en impulsos eléctricos, que son enviados luego al cerebro a través de los nervios ópticos.

El cerebro (concretamente la corteza visual, que se halla en el lóbulo occipital) es el encargado de hacer consciente la percepción del color.

Hay tres tipos de conos, sensibles a los colores rojo, verde y azul, respectivamente.

Los bastones comparten las terminaciones nerviosas que se dirigen al cerebro y, por consiguiente, su aporte a la definición espacial resulta poco importante.

Las alteraciones adquiridas indican la presencia de patologías que modifica la percepción normal del color.

Entre los más utilizados pueden destacarse: Algunas veces el cerebro puede percibir movimientos en el color a pesar de que la imagen sea fija.

En ese momento en algunos dibujos o cuadros se tiene la ilusión óptica de que los colores o dibujos se están moviendo, sobre todo cuando los conos están concentrados en el centro de nuestra visión y más dispersos en los bordes.

[5]​ La visión del color, con discriminación UV, también está presente en varios artrópodos, los únicos animales terrestres además de los vertebrados que poseen este rasgo.

Las abejas y muchos otros insectos pueden detectar la luz ultravioleta, que les ayuda a encontrar el néctar en las flores.

Las aves, sin embargo, pueden ver algunas longitudes de onda rojas, aunque no tan lejos en el espectro luminoso como los humanos.

Los humanos, algunos primates y algunos marsupiales ven una gama ampliada de colores, pero sólo en comparación con otros mamíferos.

Muchos otros primates (incluidos los monos del Nuevo Mundo) y otros mamíferos son dicrómatas, que es el estado general de visión del color de los mamíferos activos durante el día (es decir, felinos, caninos, ungulados).

Osmia rufa, por ejemplo, posee un sistema de color tricromático que utiliza para buscar polen en las flores[46].

[19]​ Los animales vertebrados, como los peces tropicales y las aves, tienen a veces sistemas de visión del color más complejos que los humanos; por ello, los muchos colores sutiles que exhiben sirven generalmente como señales directas para otros peces o aves, y no para señalar a los mamíferos.

Además, algunas salamanquesas y ranas nocturnas tienen la capacidad de ver los colores con poca luz.

Los primates del Viejo Mundo, incluidos los monos y todos los simios, tienen una visión similar a la de los humanos.

espectros de respuesta normalizada de los conos humanos, S, M, L y tipo, los estímulos monocromáticos del espectro, con longitud de onda dada en nanómetros
Las mismas cifras por encima de aquí representadas como una sola curva en tres (respuesta de los conos normalizado) Dimensiones
brillo relativo de la sensibilidad del sistema visual humano en función de la longitud de onda