Cartel de Medellín

Se enfrentó en una cruenta lucha contra el Estado colombiano y sus instituciones principalmente en centros urbanos, simultáneamente mantuvo guerras paralelas con otras asociaciones delictivas, como el Cartel de Cali y los grupos paramilitares del Magdalena Medio.

Ha sido catalogada como la organización criminal y terrorista más peligrosa que haya existido en Colombia.

La estructura fomentó la corrupción en Colombia para favorecer sus ambiciones, presionando al Estado y la clase política para una Asamblea Nacional Constituyente que dio como resultado la abolición de la extradición de colombianos hacia el exterior.

[15]​[16]​[17]​ El Mexicano estuvo relacionado con la violencia esmeraldera y adelantó una campaña personal contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP) y contra la Unión Patriótica (UP), a las que consideraba una extensión del grupo guerrillero.

Pero dicho esbozo, fracasó por la oposición de los sectores tradicionales para aceptar estos hechos.

En una primera conversación con el procurador Carlos Jiménez Gómez en octubre de 1983, el jefe del ministerio público mostró su rechazo a la extradición y acordaría con los narcos, que amagaban con declarar la guerra, su retiro de la política.

[21]​ La difícil coyuntura que parecía desactivarse se complicó cuando la policía anti-narcóticos al mando del Coronel Jaime Ramírez (con el ministro Rodrigo Lara Bonilla detrás del operativo), desmanteló el complejo cocalero de Tranquilandia en marzo de 1984.

Meses después regresaron clandestinamente al país y la guerra total sería cuestión de tiempo.

La extradición existía desde el gobierno de Julio César Turbay pero no se había llevado a la práctica aún.

Las increíbles ganancias hicieron que los principales miembros del cartel engrosaran fortunas, haciéndose ampliamente respetados y temidos.

[30]​ En estos años incluso se contrataron mercenarios extranjeros para entrenar a los sicarios del Cartel.

[31]​ Mientras tanto el gobierno reaccionó y en febrero de 1987 fue capturado y extraditado Carlos Lehder, convirtiéndose en el primer miembro importante del Cartel de Medellín en ser sentenciado en Estados Unidos.

Montoya era considerado por los opositores políticos como quien realmente tomaba las grandes decisiones en el gobierno,[36]​ sin embargo, ante la intransigencia de los EE.

UU., renuente a la posibilidad de dialogar con los narcos, se dilataron las conversaciones y al final se las presentó como iniciativa personal del intermediario, desligando al primer mandatario de ellas.

No bien la noticia del crimen ocurrido en las horas de la mañana estaba siendo digerida, cuando en la noche durante un mitin político en Soacha, pistoleros al servicio de Rodríguez Gacha dieron muerte al precandidato presidencial por el partido liberal, Luis Carlos Galán.

[46]​ Allí acompañaban al capo su hijo Freddy Gonzalo, Gilberto Rendón Hurtado Mano de yuca (el número 8 dentro del cartel) y cuatro guardaespaldas más.

Con altavoces y sirenas pidieron a Rodríguez Gacha que se entregara, sin obtener respuesta alguna.

Los narco-terroristas aprovecharon el momento, para abrirse paso hasta un camión que estaba aparcado fuera de la villa.

[46]​ Al no poder esquivar a las autoridades, un poco más adelante se lanzaron del carro Freddy Gonzalo, Gilberto Rendón y tres guardaespaldas más, abriendo fuego contra una de las aeronaves a la vez que trataban de avanzar.

[37]​ Enfrentados a una potente ofensiva militar en Envigado, declarado zona de operaciones militares por la IV Brigada del Ejército (al mando del General Harold Bedoya), Los extraditables anunciaron que ponían fin a su tregua con el Estado y ofrecieron 2 millones de pesos por cada policía que fuera muerto.

Sin embargo, este último pretendía arrancarle al Ejecutivo un acuerdo hecho a su medida y siguió presionando nuevamente por la vía armada, amenazando con ejecutar a los rehenes y con reiniciar su ofensiva terrorista.

Desde allí siguió controlando los hilos del negocio ilegal a través de otros 2 aliados suyos que no se entregaron: Fernando “el negro” Galeano y Gerardo “Kiko” Moncada.

[53]​ La posterior purga entre los más cercanos a ambos capos y entre sus familiares dejó unos 50 muertos.

Si bien los mecanismos ya no eran tan sofisticados como antes, las pérdidas humanas y materiales fueron cuantiosas, pues los atentados ya no iban dirigidos a un objetivo específico, sino que eran totalmente indiscriminados.

Como añadidura, el 30 de enero, hizo su aparición pública la estructura que se autodenominó “Los Pepes” (Perseguidos por Pablo Escobar), detrás de la que estaban los Castaño y que se dedicaría a matar a los testaferros, escoltas, contadores, abogados y familiares del capo, como también a destruir sus propiedades y minar sus finanzas.

[23]​ Escobar, arrinconado por las fuerzas armadas y por las amenazas que pesaban sobre su familia interrumpió del todo su campaña terrorista.

El cartel de Cali asumió por poco tiempo el liderazgo, también se formaría el Cartel del Norte del Valle y una infinidad de nuevas bandas que buscaron discreción, solo se reúnen para sus negocios, no participan en política y no manejan capitales tan extravagantes sino que disimulan las nuevas riquezas o emigran a otros países.

[71]​ La misma revista estimó en 1989 que el patrimonio de Gonzalo Rodríguez Gacha superaba los US$1000 millones, dinero suficiente para comprar casi toda la cosecha cafetera del país de ese año.

Construyeron urbanizaciones, canchas de fútbol, escenarios públicos para ganar el afecto del pueblo que en gran medida correspondía.

Allí viven familias que Escobar sacó de un tugurio llamado Moravia.

Miembros del cartel de Cali.
Tumba de Gonzalo Rodríguez Gacha, su hijo Fredy y otros familiares.
Miembros de la Policía Nacional de Colombia posan junto al cadáver de Pablo Escobar.
Fabio Ochoa Vásquez.