Rodríguez Orejuela fundó el Cártel junto con su hermano Miguel y con José Santacruz Londoño, al que posteriormente se uniría Hélmer Herrera.
El capo se entregó sin oponer resistencia e inmediatamente fue trasladado a Bogotá para que rindiera su primera declaración ante la fiscalía.
Dicho objetivo no fue logrado supuestamente por la intervención del presidente del equipo de fútbol, Alex Gorayeb, y la política que tenía el equipo de no tener socios mayoritarios, además por la campaña que se hizo al interior de la junta directiva para no vender acciones del equipo a Gilberto Rodríguez.
[7] Su nombre comenzó a darse a conocer en el mundo del narcotráfico junto al de Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha y Jorge Luis Ochoa Vásquez, aunque en un comienzo todos ellos parecían hacer parte de una sola organización para exportar drogas.
Gilberto estaría en España para sostener reuniones con el objetivo de expandir el negocio del cartel en el continente europeo.
Pablo Escobar decide declararle la guerra al estado colombiano para abolir la ley que permitía la extradición de reclusos colombianos a cárceles del exterior, para ello le solicitó a Gilberto Rodríguez y a los socios de este un aporte económico para financiar su guerra.
Desde ese momento la relación cordial de estos dos grupos se comenzó a resquebrajar.
[10] Este fue el detonante que activó e inició una prolongada guerra contra el cartel de Medellín.
Gilberto Rodríguez respalda esta decisión y se unió activamente a esta causa.
A este cargo se sumaron otros por haber continuado sus actividades ilegales durante el período en el que estuvo encarcelado.
Otros presos famosos en esta prisión incluyen a Bernard Madoff, Jonathan Pollard, y Carmine Pérsico de la Familia criminal Colombo.