Narcotráfico en Colombia

[2]​[3]​ Desde el establecimiento de la guerra contra las drogas en los años 70´s, Estados Unidos y algunos países europeos han proveído al gobierno colombiano ayuda logística y financiera para implementar planes que permitan combatir el tráfico de drogas.

Sus profusas redes en Norteamérica y la diáspora colombiana en el exterior les permitieron controlar prácticamente todo el negocio y obtener astronómicos beneficios económicos, que los catapultaron pronto como los “Mágicos”, los nuevos ricos de Colombia.

Miembros del M-19 en Antioquia secuestraron en 1981 a Martha Nieves Ochoa, hermana de los narcotraficantes del Cartel de Medellín, los hermanos Ochoa Vásquez (Jorge Luis, Juan David y Fabio), y una semana después Lehder es también secuestrado por el mismo movimiento guerrillero pero logra escapar, los capos reaccionaron creando el grupo MAS (Muerte A Secuestradores), organización que sería el germen del moderno paramilitarismo en Colombia.

[10]​ Paralelamente se constituyó la Alianza Americana Anticomunista (AAA), un cuerpo paramilitar conformado por miembros del ejército que realizaban la “guerra sucia” contra los grupos insurgentes, experimentando con toda clase de torturas físicas y psicológicas en las mal llamadas “Cuevas de Sacromonte” en Facatativá.

Meses después, regresarían clandestinamente al país y la guerra total sería cuestión de tiempo.

[19]​ La amenaza de extradición que pesaba sobre Ochoa determinó además el regreso del narcoterrorismo.

No se había dado bien la noticia del crimen ocurrido en las horas de la mañana, cuando en la noche, durante un mitin político en Soacha, pistoleros al servicio de Rodríguez Gacha dieron muerte al precandidato presidencial por el Partido liberal, Luis Carlos Galán.

El bus-bomba destruyó parcialmente la edificación y más de 200 establecimientos comerciales a su alrededor.

Según varios reportes periodísticos, se estimaba que cerca del 95% de la cocaína era controlada por el cártel.

Sospechando de sus aliados, ejecutó a Fernando ‘el Negro’ Galeano Berrío y Gerardo ‘Kiko’ Moncada Cuartas, pretextando que estos le ocultaban $20 millones.

Las pérdidas humanas y materiales fueron cuantiosas, pues los atentados ya no iban dirigidos a un objetivo específico, sino que eran totalmente indiscriminados.

[28]​ Escobar, arrinconado por las fuerzas armadas y por las amenazas que pesaban sobre su familia, interrumpió del todo su campaña terrorista.

Eliminado Escobar en diciembre de 1993, Ramón Isaza retomaría el control del estratégico territorio.

[32]​ Sin embargo, al final pese a los esfuerzos realizados en los primeros años de la década del noventa para lograr la desintegración de las estructuras más poderosas, los grupos paramilitares tuvieron un nuevo impulso a finales del cuatrienio Gaviria.

[37]​[38]​ Varios miembros que conformaban la «cúpula principal del cartel» fueron abatidos con el transcurrir de los años.

En el transcurso de esos meses, también se entregaron Tulio Enrique Murcillo, Henry Loaiza y Víctor Patiño Fómeque.

En respuesta, el gobierno colombiano implementó con Estados Unidos un acuerdo bilateral para atacar el narcotráfico y a quienes se beneficien de este, incluyendo a grupos insurgentes y paramilitares, conocido como Plan Colombia.

Varela se refugió en Venezuela hasta su muerte a manos de los hermanos Comba y Diego Rastrojo en 2008, mientras Montoya prefirió quedarse en el Norte del Valle hasta su captura en 2007 a manos del Ejército y el CTI en Zarzal.

Nació lo que se denominó inicialmente como “Águilas Negras”, una federación de organizaciones neoparamilitares con poder regional.

[57]​ Las disputas armadas empezaron en la Orinoquia, donde Pedro Oliviero Guerrero Castillo, alias ‘Cuchillo’, organizó por cuenta propia, y en alianza con miembros del antiguo Bloque Centauros de las AUC, el Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia (ERPAC).

Sin embargo, la mayor conflagración llegó cuando ‘Don Berna’ y Carlos Mario Echeverry, alias ‘Rogelio’, quienes dirigían la Oficina de Envigado, se sintieron amenazados por Vicente Castaño.

Estas agrupaciones operaban a lo largo de todo el territorio colombiano, alcanzando 28 departamentos y 179 municipios.

Era el caso de Diego León Montoya ‘Don Diego’, Juan Carlos Ramírez Abadía ‘Chupeta’ o Wílber Varela ‘Jabón’, quienes a través de sus estructuras armadas, conocidas como “Los Machos” o “Los Rastrojos”, dominaban el Valle del Cauca y la Costa Pacífica.

[73]​ El Cartel del Norte del Valle, aunque se convirtió en la organización criminal más poderosa del país, sufrió grandes golpes tanto por acción de la Fuerza Pública como por guerras internas, que terminaron por disminuir su capacidad económica y militar que llegó a su final en 2008, cuando uno de sus jefes; Wílber Varela, alias Jabón, fuera asesinado el 28 de enero y sus otros dos líderes: Juan Carlos Ramírez Abadía, alias Chupeta, y Diego León Montoya, alias Don Diego, fueran capturados un año antes, quedando desmantelada esta organización.

[83]​ Entre las ofensivas más importantes y aún en curso se encuentra la Operación Agamenón (la cual entró en su segunda fase en mayo de 2017 al reforzarse con tropas del ejército colombiano[84]​), iniciada por la policía en marzo de 2015 y cuyo objetivo principal es la captura o muerte del cabecilla del Clan Úsuga o Clan del Golfo como se le conoce ahora en el gobierno (anteriormente conocidos como Los Urabeños); Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, así como a los miembros de su Estado Mayor.

Estos operativos originaron Planes Pistola (asesinatos selectivos) contra la Policía y paros armados en Urabá por semanas.

[93]​ En cuanto a la guerrilla del ELN, esta ha negado por décadas que se financie con actividades relacionadas al narcotráfico, pero según información dada a conocer por el gobierno en 2014, existen documentos y correos electrónicos que vinculan a este grupo guerrillero con la antigua banda criminal de Los Rastrojos, donde estos últimos les proponían al ELN financiar cargamentos de droga por el Occidente del país[94]​ (concretamente en los departamentos del Valle del Cauca, Cauca y Nariño, donde esta activo el Frente Suroccidental).

Para combatir esto grupos y pacificar la región, el presidente Iván Duque autorizó constituir a finales de 2018 la Operación Aquiles, conformada por unidades especiales del Ejército que trabajan en conjunto con las Fuerzas Militares y de Policía acantonadas en el Bajo Cauca.

Este fenómeno se presenta porque estas actividades son ilegales y los actores tienen que cambiar las rutas para sobrevivir.

En este sentido, se puede señalar que países como México son una víctima de la guerra contra las drogas en Colombia.

Paquetes de cocaína incautados por la policía colombiana .
Mapa de la DEA que muestra el flujo de heroína y dinero entre Colombia y Estados Unidos en 2003.
Salvatore Mancuso extraditado a Estados Unidos en 2008.