Atentado del 30 de enero de 1993

[1]​ Fue el tercer atentado en la capital del país ese año, todos ellos atribuidos a los narcotraficantes.

Así, decidieron que sería sobre la bara (aparentemente el puente Caro), en las afueras de Bogotá.

[6]​ Ñangas condujo el automóvil hasta una finca en Guasca (Cundinamarca), llamada Los Cerezos y ahí Carlos, un hombre que administraba el predio en compañía de su esposa y dos hijas, le entregó cerca de 100 kilos de dinamita que había sido transportada en un camión que camuflaba el explosivo entre cargas de cartón.

Carlos tenía lista la carga explosiva: la dinamita amasada, empacada en bolsas y recubierta por un costal.

[6]​ Después, Ñangas entregó el vehículo a otro contacto, solo identificable por la ropa, y el mismo día se embarcó hacia Medellín por la vía de Pereira.

[7]​ Sobre el tercer sospechoso, los investigadores confirmaron que se hallaba en el interior de una cafetería cercana y quien, poco antes de la explosión, dijo a otro hombre: Vámonos, que esta mierda se acabó.

Según los testigos, los tres hombres estuvieron merodeando el lugar antes del atentado.

Además, se realizaron allanamientos en establecimientos comerciales para detectar personas y vehículos procedentes de Medellín.

[7]​ En el momento del atentado, varios transeúntes estaban dedicados a las compras de libros y útiles escolares.

Carlos Lemos Simmonds: Aída Avella (Presidenta de la UP):

Guasca, municipio en donde se preparó el coche bomba.
Renault 9, similar al que sirvió para el atentado.
Fiat 147, similar al utilizado en su huida por uno de los sospechosos.
Pablo Escobar fue abatido el 2 de diciembre siguiente en Medellín .