Hoy en día la propiedad está en cabeza del Estado colombiano, en tanto sus contenidos son desarrollados por la empresa privada.[2] Contaba con un importante zoológico, con rinocerontes, elefantes, camellos, hipopótamos, cebras, jirafas, grullas, impalas, venados, dantas, canguros, flamencos, avestruces, una pareja de loras negras únicas en el mundo, entre otros, eran exhibidos allí.Sus propietarios no pudieron regresar a ella; en 1991 se dio la entrega y en 1992 la fuga de Escobar a la justicia, en este tiempo algunos animales fueron recogidos por zoológicos de todo el país y la propiedad fue varias veces ocupada por la fuerza pública.En un principio, esta adjudicación resultó más un problema que una adquisición, pues para Puerto Triunfo significaba recibir un activo abandonado en el cual nadie tenía interés.Apenas algunas ofertas de entretenimiento sobre temas específicos, hacían un lento inicio como propuesta turística.La respuesta del público fue casi inmediata y la gente empezó a pagar su entrada movida por la curiosidad, y básicamente para ver con ojos propios lo que se empezaba a desarrollar en las ruinas de lo que en el pasado fue una lujosa mansión epicentro del crimen internacional.Esta exposición permanente estuvo en este lugar hasta que la casa fue vencida por el tiempo y se derrumbó de manera definitiva, no obstante lo cual a sus contenidos se les adecuaron nuevos espacios para mantener esta narración en la memoria colectiva.