Su intención era conquistar alguna plaza importante que le sirviera como base de operaciones para posteriores avances.
Ante la proximidad de estos, Villars abandonó sus intentos sobre Roermond y retrocedió hacia Erkelenz, en Alemania, seguido por las fuerzas españolas.
En el enfrentamiento que siguió los tercios españoles causaron cerca de 1700 bajas a los rebeldes, entre ellas toda la caballería.
La caballería de Dávila, dificultada por el terreno, no llegaría hasta pasado el enfrentamiento.
En media hora Londoño y sus hombres destruyeron totalmente el ejército rebelde.