[1][2] Está enclavado en la zona central del Sistema de Ventania, conocido por los aborígenes como Casuhati.[Nota 1] Posee una superficie de 9879ha y cuenta con un campamento en la base del cerro Ventana, un sendero hacia el hueco en su cima —formación natural que da el nombre a este sistema serrano y fuera declarado Monumento Natural en 1959—[2] y un centro de interpretación en el sector administrativo ubicado al pie del cerro.[12] El pueblo «chechehet» era identificado por los españoles como los «serranos» y Falkner relata en su libro:Es en ese entorno que el cacique Cacapol, y su hijo Nicolás Cangapol, instalados en las inmediaciones del arroyo Sauce Grande, al pie del Cerro Ventana, lanzaban ataques a los primitivos campos pertenecientes a las colonias enemigas.[18] La mayoría de estos campos y cerros fueron adquiridos en 1886 por Ernesto Tornquist, quien inició la formación de una colonia agrícola fraccionando los campos, para su posterior venta a los nuevos colonos que se establecían en la región.[20] Posteriormente en 1940 el Estado expropió 2.893 ha pertenecientes a unos lotes lindantes conformando así la superficie actual del parque que es de 6 707 ha.[2] Por estas características especiales, el parque es el hábitat de las iguanas de cobre (Prystidactylus casuhatiensis), que por lo general suelen ser avistadas en primavera y verano[2] y cuenta con al menos tres especies vegetales también consideradas como endémicas: el llantén plateado (Plantago bismarcki), Festuca ventanicola y Senecio ventanensis.En los lugares más húmedos se encuentras las cortaderas, que aparecen tanto en valles como en las laderas.Entre las especies más grandes se cuentan los chañares, aguaribay o molles, brusquillas y chilcas.Otra especie endémica es la malva de las sierras (Pavonia cymbalaria) que sólo crece en ambientes rocosos.Otras son la flor de seda (Portulaca grandiflora), que crece en las laderas bajas del parque y se abre al mediodía y la topa topa (Calceolaria parviflora), que sólo se encuentra en roquedales altos en las sierras.[1] También existe en el parque una especie perteneciente a las orquídeas, identificada como Brachystele dilatata, que forma pequeños grupos o manchones en roquedales y prados, aún hasta en las cumbres de los cerros.La Macrosiphonia petraea, frecuente en las partes bajas e insoladas de las sierras, suele florecer al atardecer.Senecio pulcher, de flores muy llamativas, se desarrolla en los valles anegados del parque.La abejorra crece en los roquedales e imita con su labelo a un insecto como mecanismo de polinización.[23] La fauna autóctona incluye mamíferos como guanacos, especie que en el pasado pobló en gran número la región.[21] Entre las especies de aves denominadas como "obligadas de pastizal", (que solo anidan en ese hábitat, y particularmente en los pastizales conocidos como "flechillar") se encuentran Ammodramus humeralis, Cistothorus platensis y Anthus correndera.Las sierras albergan también poblaciones de canasteros pálidos (Asthenes modesta), gauchos serranos (Agriornis montana), piquitodeoro común (Catamenia analis) y jilgueros australes (Sicalis lebruni), que son especies prácticamente ausentes o raras en otros ambientes fuera del sector serrano de la región pampeana.[Nota 5] Entre las especies más abundantes que prefieren anidar en sectores de pajonal se encuentran Hymenops perspicillatus, Sicalis luteola, Embernagra platensis y Pseudoleistes virescens.Las especies frecuentes que anidan en áreas de flechillar son Nothura maculosa, Cistothorus platensis, Anthus correndera, Zonotrichia capensis y Ammodramus humeralis.También es muy popular el tordo común que suele usar los nidos de otras especies menos abundantes como Zonotrichia capensis, Pseudoleistes virescens y Sturnella loyca.La orogenia de las sierras se produjo en la Era Mesozoica y en la Era Cenozoica o Era Terciaria; los fuertes movimientos tectónicos que afectaron al planeta produjeron en estas sierras una importante destrucción, que juntamente con los efectos erosivos labraron una morfología caracterizada por las fuertes pendientes, abras transversales a la elongación de las sierras y cerros cuyas rocas se ven totalmente partidas y fracturadas.En ese paisaje el parque ofrece sectores vírgenes con fósiles del Devónico inferior entre paredes de rocas plegadas.Las especies exóticas, tanto de la flora como la fauna introducidas — en su mayoría europeas, como caballos, pinos, cipreses, ciervos, jabalíes y truchas — que en otros ecosistemas pueden ser beneficiosas, aquí deben ser controlados para evitar daños al ecosistema nativo.Por otra parte, el uso intensivo de agroquímicos en los campos lindantes al parque han producido la contaminación de la cuenca alta del río Sauce Grande, cuyo naciente se encuentra dentro del parque mismo.[21] Entre los casos más importantes se destaca la especie Senecio madagascariensis, conocida como Senecio Amarillo, una maleza tóxica perenne, que proviene de África del Sur; pero que se ha difundido ampliamente en la zona bonaerense, nordeste argentino y la región de Cuyo.[30] Por otro lado desempeña una función didáctica, siendo en sí mismo un centro de aprendizaje, que brinda a las escuelas un aula viva donde aprender sobre el medio ambiente, las plantas y su cultivo.[30] El pastizal pampeano ha sido ecológicamente afectado por los incendios naturales desde antes de la aparición del hombre en la zona, por lo tanto gran parte de la comunidad biológica está integrada por especies adaptadas a sus efectos.[Nota 6] Por otra parte, es posible que las especies no adaptadas al fuego y restringidas a un sector determinado sean extinguidas por los fuegos catastróficos que se dan por una suma de condiciones.Estos sitios arqueológicos están protegidos, ya que por su condición de fragilidad han sido a veces vandalizados por turistas, perdiéndose para siempre el legado cultural de los pueblos originarios que habitaron la región.
Región pampeana.
Mapa de 1833, señalado como
Cusuhati Mt.
Placa conmemorativa de la donación de la "Estancia Ventana" por parte del Sr. Alberto de Bary Tornquist.