Misiones jesuíticas guaraníes
Su nombre se extiende a sus estancias, con sus puestos postas, que hicieron posible las primeras producciones ganaderas y el desarrollo de su comercio de carne, yerba mate, cuero y en lana.Ellos también eran como los karaí (con los que compitieron durante los primeros años) portadores de una nueva: el "camino al paraíso" era compatible con el aguyé o camino de la perfección guaraní con destino a la Tierra Sin Mal.Porque según la tradición «...sólo los guaraníes son capaces de acumular energía para llegar a la Tierra sin mal».Por ello los jesuitas recurrían permanentemente al rey, solicitando autorizaciones o pedidos varios, favores y hasta privilegios.Los integrantes del cabildo eran electos cada 1 de enero por los que dejaban el cargo en una asamblea general y puestos a consideración de los sacerdotes y luego a confirmación del gobernador.Los jóvenes que habían superado la edad escolar, y se encontraban trabajando en cualquier actividad, por las tardes, al escuchar el sonido de la campana, debían dirigirse a la iglesia.[5] El acto religioso más importante era la misa, al que los fieles concurrían acompañados de toda la familia, particularmente los días preceptuados.Al general o prepósito de la orden, los sacerdotes jesuitas le debían total obediencia, después del papa.El provincial redactaba anualmente las "Cartas Anuas de la Provincia" que remitía a Roma con los principales sucesos ocurridos ese año.Sin embargo, los padres jesuitas implementaron un sistema económico agrícola que fue rápidamente asimilado por los aborígenes.Esta importante agricultura fue complementada con la ganadería que suministró a los aborígenes carne, leche y cuero.La propiedad individual privada o avamba´e, permitía que cada jefe de familia dispusiera de una chacra con la extensión necesaria para sembrar en ella todo el cultivo indispensable para el sustento anual familiar.Cada reducción se especializaba en unos oficios, trabajando el hierro y la plata, carpintería, cocina-panadería, chapado en oro, vajillas, telas, elaboración de sombreros o instrumentos musicales.[9] Las misiones jesuíticas guaraníes aventajaron en casi trescientos años al derecho del trabajo contemporáneo.En las misiones los jesuitas publicaron libros en guaraní sobre gramática, catecismo, manuales de oraciones y hasta un diccionario.Las impresiones se hicieron en Nuestra Señora de Loreto, San Javier y Santa María la Mayor.Así puede citarse a Hara Vale Hava que es una bella obra anónima para tenor, violines y continuo cantada en guaraní que fue compuesta a finales del siglo XVII o inicios del XVIII en las misiones jesuitas paraguayas o bolivianas.[14] Aparte de esto, los guaraníes cooperaron frecuentemente en los asedios a la Colonia del Sacramento:[15] en 1680 lucharon 4000, en 1704-1705 3000 y en 1735-1736 otra vez tres mil.[16] Los milicianos guaraníes participaron también de las numerosas campañas de castigo contra otros indios como los guaycurúes, payaguás y mbyás, feroces tribus del Gran Chaco que lanzaban frecuentemente ataques contra las haciendas y pueblos del Paraguay.[18] Sin embargo, la mano de obra guaraní no sería tan solo usada para apoyar en las campañas militares.[20] En 1726 los jesuitas, gracias a su apoyo al gobierno real, consiguieron la autonomía frente al gobernador de Paraguay y seis años después movilizaron siete mil indios para defender el Tebicuary de ataques desde Asunción.Pocas décadas después se produjo la guerra guaranítica que terminó siendo usada como el principal argumento para expulsar a los jesuitas, a los que no se consideraba leales al rey.En 1801, cuando los lusitanos ocuparon definitivamente las Misiones Orientales un importante contingente de sus habitantes se refugió en el actual territorio uruguayo, especialmente su campiña.[26] Otros volvieron a sus selvas mientras algunos se sirvieron del entrenamiento como artesanos que habían aprendido en las reducciones para vivir en las ciudades.A partir de 1810, durante las guerras de independencia hispanoamericanas, los guaraníes apoyaron los cambios radicales económicos, políticos y sociales propuestos por el caudillo José Gervasio Artigas, donde la situación del indio tenía especial preocupación.Este afianzó su poder en las regiones de mayoría mestiza o indígena, lo que hace comprensible que Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, la Banda Oriental y las Misiones Orientales se sumaran a su Liga Federal.Durante dicho periodo otro gran contingente de las Misiones Orientales se refugió en las tierras del actual Uruguay.[26] Posteriormente, en 1820 Artigas fue vencido por el enterriano Francisco Ramírez y obligado a exiliarse en Paraguay.En recuerdo de la obra jesuítica, las regiones que ocuparon antaño las reducciones hoy son llamadas «misiones».Esquemáticamente las misiones que han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad son las siguientes: