Cangapol
También apodado como "Nicolás el Bravo" o simplemente Bravo, fue un cacique indígena que gobernó los territorios al sur del río Salado en la actual provincia de Buenos Aires (Argentina) a mediados del siglo XVIII.Fue recordado por mucho tiempo por su gran tamaño, valentía y crueldad, y por haber sido el autor del malón más grande que se hubiera conocido hasta entonces sobre las cercanías de la ciudad de Buenos Aires.Francisco Sánchez Labrador los identificó como «puelche-serranos» (José Cardiel distinguía entre dos grupos de serranos: los que habitaban el curso superior del Río Negro y los que habitaban en las Sierras del Volcán, en el actual partido de Balcarce).[2] Desde principios del siglo XVIII, los otrora abundantes rodeos de vacunos cimarrones que poblaban la región pampeana, y que habían sido explotados con pocos desencuentros tanto por los indígenas como por las vaquerías organizadas desde Buenos Aires dieron muestras de haberse agotado casi por completo; la respuesta de los españoles fue reunir el ganado en estancias, donde se llevaba adelante una ganadería más racional.La hostilidad entre españoles e indígenas a lo largo de la primera mitad del siglo XVIII fue en constante aumento.El caos imperaba y sus vecinos se refugiaban en los templos temiendo una nueva invasión por parte de «los chinos», que así los llamaban.Al año siguiente lazó una nueva serie de ataques, sobre Magdalena, La Matanza y Luján.Cabral se encontró con un grupo de caciques en las Sierras del Cairú, donde logró detener los malones.En pocos años los indios se afincaron en la misión tal como lo cuenta el padre Strobel:Los indios obtenían aguardiente en un paraje conocido como Vuul Can —hoy llamado Puerta del Abra— en el actual partido de Balcarce.En agosto de 1750 Cangapol se dirigió hacia Nuestra Señora del Pilar.Debido a ello los misioneros pidieron ayuda al gobernador y éste envió una partida de 150 hombres dirigidos por el maestre de campo Mendinueta quien atacó a los propios indígenas reducidos matando al cacique José Yahatti.[14] El hermano del asesinado, Felipe Yahatti, tomó venganza y arrasó lo que quedaba de las indefensas misiones.Ese mismo año Cangapol, cumpliendo con el acuerdo que tenía con los españoles, avisó al cabildo de Buenos Aires que el cacique Huelquín cruzaba sus tierras para atacar las tierras al norte del Salado.