[1] La legua se empleó en la antigua Roma, siendo equivalente a tres millas romanas; es decir, unos 4,435 km (4435 m).
La legua común era una unidad itineraria que se utilizaba en las crónicas de las exploraciones y viajes terrestres.
Era una medida muy imprecisa, ya que variaba con las circunstancias que rodeaban al viajero, tales como si iba a pie, a caballo, en mula, o en carruaje; si iba en grupo o con carga, así como también del tipo de terreno, los obstáculos y el clima.
La legua imperial es la unidad más grande del Sistema Anglosajón de Unidades.
Esta es la única legua que tiene una definición y equivalencia exactas, pues equivale cabalmente a 4,828032 kilómetros (4828,032 m).
[1] Sin embargo, en algunos municipios del área rural, las personas aún se refieren a la distancia de aproximadamente 4 kilómetros como legua.
En época de la colonia española se tradujo «lub» como «legua» la cual equivaldría a 4 kilómetros, o sea, medio «lub» real, aunque es probable que originalmente los mayas emplearan su medida de manera libre al considerar el tramo caminado en cierto tiempo antes de tomarse un descanso, al igual como muchos consideran hoy «su legua».
[1] En algunas áreas rurales del Uruguay una legua equivale a 40 cuadras, es decir, 5,1 km (5196 m).
Es frecuente que se use la palabra legua, ya sea en sentido figurado («tal lugar está a un par de leguas» con el significado de: «está a una distancia ni próxima ni lejana, a la que se puede llegar en el día, aunque con fatiga»), o ya sea en el sentido «antiguo».