No obstante, a lo largo de su historia el palacio experimentó innumerables alteraciones en sus interiores siguiendo el estilo y las costumbres imperantes en cada época.El nuevo edificio, diseñado por el arquitecto italiano Franco Stella, comenzó a construirse en 2013 y se terminó en diciembre de 2020.En los mapas antiguos de Berlín, en los almanaques y en la documentación oficial aparece referido como Königliches Schloss (Castillo Real).El arquitecto Johan Arnold Nering llevó a cabo entonces una completa reparación del castillo y la creación de nuevos espacios.Fue substituido por el sueco Johann Friedrich Eosander von Göthe, que ideó un proyecto aún más suntuoso para el palacio: duplicar el palacio creando un nuevo patio interior y crear una nueva entrada a modo de arco de triunfo coronado por una torre (que no se edificó).Los faraónicos costes del proyecto casi llevaron al pequeño estado prusiano a la bancarrota y en 1713, con el ascenso del rey Federico Guillermo I, Eosander von Göthe fue a su vez destituido y reemplazado por Martin Heinrich Böhme (discípulo de Schlüter) que terminó el palacio en 1716.Por otro lado, las reformas administrativas y financieras que impulsó a lo largo de su reinado fueron ejemplares.En oposición a la corte masculina de Federico II, la reina Isabel Cristina y la reina madre Sofía Dorotea (fallecida en 1757) habitaban durante gran parte del año el palacio, celebrando recepciones y conciertos.Los arquitectos más emblemáticos del neoclasicismo alemán, Friedrich Wilhelm von Erdmannsdorff, Carl von Gontard y Carl Gotthard Langhans, crearon para el rey las Königskammern (Cámaras Reales) en el primer piso cara al Lustgarten.El rey Federico Guillermo III (1797-1840) fue el primer monarca en no habitar el castillo, prefiriendo la intimidad del Kronprinzenpalais en el Unter den Linden.El soberano siempre se mostró contrario a los gastos excesivos, no obstante, dado el deterioro que presentaba el edificio, bajo su reinado se llevó a cabo una importante labor de restauración renovando las cornisas y estatuas.[7] Al contrario que su padre, Federico Guillermo IV (1840-1861) vivió en el palacio ya desde 1815, cuando aún era príncipe heredero.Con el permiso paterno, se instaló en las antiguas estancias de Federico II el Grande en el ángulo sureste del castillo, a caballo entre la Schlossplatz y el Spree.[16] A partir de su ascenso al trono en 1840, Federico Guillermo IV realizó grandes transformaciones interiores en el castillo, ayudado por la estrecha amistad que le unía con el arquitecto real Schinkel y su sucesor Friedrich August Stüler.[17] Paralelamente también se realizó la completa redecoración de la vecina Weisser Saal (Sala Blanca), el espacio más grande del palacio.El rey Guillermo I (desde 1871 emperador alemán) tampoco residió en el palacio, prefiriendo su residencia particular en el Unter den Linden, el Altes Palais.En origen, la biblioteca contenía solo los cerca de 20.000 volúmenes que pertenecieron al rey Federico Guillermo IV, y se situaba en la antigua kunstkammer electoral del tercer piso, pero desde 1874 se relocalizó en varias salas del primer piso cara al Spree.[7] También en el interior del palacio el arquitecto de la corte, Ernst von Ihne, llevó a cabo extensas intervenciones y redecoraciones.[21] Debajo de esta gran sala se crearon dos lujosos y modernos conjuntos de aposentos para invitados, en la planta baja los Mecklenburgische Wohnung (Apartamentos mecklemburgueses) y en el primer piso los Wilhelmische Wohnung (Apartamentos guillerminos).Ante las noticias de una movilización general rusa, Guillermo II fue aclamado en el balcón del Portal V y pronunció un corto discurso:[25] Poco después, el gobierno alemán declararía la guerra a Rusia.También se produjeron algunos saqueos, no obstante el castillo sobrevivió a la Revolución alemana relativamente indemne.[26] Durante la República de Weimar, el Berliner Schloss no tuvo ninguna función política o representativa, las estancias más importantes se abrieron al público como museo de bellas artes y varias instituciones culturales se instalaron en el edificio como el Kaiser-Wilhelm-Gesellschaft.El nazismo tampoco utilizó el edificio dada su conexión con la monarquía prusiana, no obstante, el Lustgarten fue reformado en 1935 para poder albergar las grandes manifestaciones del régimen, y el castillo se redujo a un mero telón de fondo donde colgar grandes esvásticas.[20] En los primeros años de posguerra, tras algunas reparaciones básicas, algunos espacios del palacio, como la Weisser Saal se usaron para exposiciones temporales.No obstante, desde la división de Berlín en 1948, el SED y su líder Walter Ulbricht empezaron a exigir la demolición del edificio."[27] Del edificio solo se salvó el Portal V, desde donde Liebknecht había proclamado la república socialista en 1918, pero no desde el balcón, sino subido al capó de un coche.[7] Tras una primera evocación del desaparecido castillo de Berlín en 1993-94 con unos andamiajes que simulaban sus fachadas, en 2008 el Bundestag dio luz verde a la reconstrucción.Cada donante adquirió el derecho a que una piedra de la construcción lleve inscrito su nombre.
El
Humboldt Forum
hacia 2022, vista del noroeste, con las fachadas reconstruidas del desaparecido Castillo de Berlín.
El castillo renacentista pintado a finales del siglo
XVII
.
Patio renacentista del castillo Hartenfels en Torgau.
La ecléctica fachada hacia el Spree del
Berliner Schloss
. De izquierda a derecha: la
Erasmuskapelle
(oculta por los árboles), la
Haus der Herzogin
(con las torrecitas), la
Braunschweigische Galerie
(encima de las arcadas) y los
Kurfürstlichen Gemächer
(en el extremo derecho con el balcón).
El proyecto de Schlüter para la reconstrucción del castillo.
La duplicación propuesta por Eosander von Göthe.
El gabinete rococó de Federico II pintado por Paul Graeb en el siglo
XIX
.
La fachada y el arco monumental (Portal III) de Eosander von Göthe con la nueva cúpula de Stüler.
La renovada
Weisser Saal
(Sala Blanca).
Las multitudes entusiastas frente al palacio vitoreando a Guillermo II en agosto de 1914.
Los marineros revolucionarios en el interior del castillo en la Navidad de 1918.
Dos soldados soviéticos posando delante de las ruinas del palacio.