Llegó a ser reina consorte de Prusia en 1840.
Nunca se interesó por los asuntos políticos prusianos, salvo en su actitud por preservar la amistad entre Prusia y el Imperio austríaco.
Fue una ejemplar esposa para Federico Guillermo y, durante su larga enfermedad, una dedicada enfermera.
Su cuñado, el emperador Guillermo I de Alemania, siempre la apreció, considerándola una buena amiga.
Murió en el Palacio de Dresde en 1873, a los 72 años, durante una visita a su hermana, la reina Amalia de Sajonia.