Después, se trasladó con su esposo a Neu-Ruppin y más tarde al palacio de Rheinsberg.
[1] Federico nunca acudió a visitar a su esposa ni ella nunca fue invitada al palacio de su marido, Sanssouci, en Potsdam.
En 1757-58 y nuevamente en 1760-63, las dos veces durante la Guerra de los siete años, Isabel fue obligada a huir de su residencia y mudarse a Magdeburgo.
En 1763, cuando Federico vio a su mujer después de seis años, sólo comentó: "La señora se ha puesto gorda".
También escribió, en francés, libros sobre moral y temas afines.