Describe cómo Dios envía las diez plagas de Egipto para que el Faraón libere a los israelitas.El episodio del becerro de oro, donde se da la ley por segunda vez (caps.El Éxodo se atribuyó tradicionalmente al propio Moisés, pero los eruditos modernos ven su composición final como un producto del exilio babilónico (siglo VI a. C.), basado en tradiciones escritas y orales anteriores.[3][4] El consenso entre los estudiosos sostiene que el Éxodo tal y como aparece en la Biblia es legendario y no describe con exactitud eventos históricos,[5] aunque una mayoría simple mantiene la existencia de un núcleo histórico que dio sustancia a la tradición bíblica posterior.[10] Las diferentes transformaciones en la grafía, necesarias según cada idioma, dieron lugar, en español, al término “Éxodo”.El Libro del Éxodo no es exclusivamente narrativo, sino que contiene también leyes, himnos y oraciones.Cuatrocientos años después, el nuevo Faraón de Egipto, que no recuerda cómo José había salvado a Egipto de la hambruna, teme que los israelitas puedan convertirse en una quinta columna.Dios da a Moisés instrucciones para la construcción del tabernáculo para que Dios pueda habitar permanentemente entre su pueblo elegido, junto con instrucciones para la vestiduras sacerdotales, el altar y sus accesorios, los procedimientos para la ordenación de los sacerdotes y las ofrendas diarias de sacrificio.Mientras Moisés está con Dios, Aarón arroja un becerro de oro, que el pueblo adora.Moisés asciende de nuevo a la montaña, donde Dios le dicta los Diez Mandamientos para que lo escriba en las tablas.Desde ese momento Dios habita en el Tabernáculo y ordena los viajes de los hebreos.La hipótesis documentaria estima que la poética Canción del mar y el Código del pacto (escrito en prosa) son trabajos originalmente independientes de autores pero de algún modo asociados a los grupos ya indicados.La reconstrucción de las historias en esas fuentes, aplicando esta hipótesis, tiende a identificar diferencias y variaciones entre segmentos narrativos diversos.Aun así, la posible historicidad del evento ha dado lugar a diferentes teorías especulativas.Según esta teoría, el tema en cuestión se encontraría ligado a la expulsión de los hicsos, evento descrito en la literatura egipcia.Entre ellos se destaca Sigmund Freud, quien expresa tal convicción en su obra Moisés y el monoteísmo (1934-1939).Sea como fuere, la “hipótesis de los dos éxodos” acaso responda mejor que otras a lo ocurrido en términos históricos al sugerir diferentes restos recogidos por la tradición oral hebrea que, con el paso del tiempo, fueron entremezclándose y por último se fusionaron, dando lugar a la narración del libro del Éxodo.En La Biblia desenterrada, Israel Finkelstein y Neil Asher Silberman plantean la inexistencia del éxodo hebreo.[24] En 2006, Finkelstein afirmó, «El éxodo no existió», sosteniendo que bajo la lupa de las indagaciones arqueológicas no hay prueba ninguna del éxodo; que décadas de búsquedas en Kadesh (Barnea) no arrojaron ningún resultado absoluto, a lo que se suma la completa inexistencia de evidencias egipcias —quienes, según él, eran fabricadas por “excelentes cronistas”—, y sobre todo —sostiene Finkelstein— porque la arqueología contradice sistemáticamente a la Biblia en este tema, hay evidencias de que en Canaán, (la Tierra Prometida), existían ya asentamientos protoisraelíes desde mucho antes que las posible fechas del Éxodo desde Egipto.Se originaron también distintas críticas y teorías especulativas que difieren del relato bíblico original.La ciudad egipcia de la cual salen los israelitas en el Éxodo también es llamada Ramesés, y según la tradición bíblica, se trató de unos 600.000 varones (sin contar a las mujeres, niños y ancianos, ni tampoco a las personas no hebreas que los acompañaron).De igual manera, Josefo escribió en Antigüedades judías, Libro II, capítulo 15, párr.Estas tentativas raramente toman en cuenta las siguientes consideraciones, Pero, en general, se tiende a suponer que una correcta identificación del Faraón mencionado en el Éxodo sería la clave para establecer la cronología apropiada para el Éxodo.Ya en el desierto de Sin, la congregación se trasladó desde locaciones como Dofca y Alús.En Refidim ―cerca del monte Horeb, en el desierto de Parán, un lugar sin agua― combatieron por primera vez como pueblo contra los amalequitas, venciéndoles (Éxodo, 17,13).En este lugar, Moisés golpeó una roca con su vara e hizo brotar agua potable.En este lugar, Moisés pudo ver a Yahvé, quien le entregó los Diez Mandamientos.Al salir del Sinaí, el pueblo de Israel estaba regido en todo aspecto legal, civil, moral y religioso (Éxodo, 10,11).La tierra de Canaán reconocida estaba habitada por jebuseos, anacitas, amalequitas, amorreos y cananeos.Yahvé maldijo a los diez espías, quienes fallecieron de plaga (Números, 14,36) y además condenó al pueblo de Israel a perderse durante cuarenta años en el desierto del Neguev.
Arte sefardí
.
Hagadá
Rylands,
Dayenú
,
manuscrito hebreo miniado
, Cataluña o Valencia, 1350.
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18
]
Versificación, "
Ilu... ve lo... dayenú
". Canción pascual que podría traducirse como "Si [tal cosa hubiese ocurrido] pero no [hubiera ocurrido tal otra], [aun así eso] nos habría bastado [para continuar creyendo siempre en Dios] (Mánchester, Biblioteca de la Universidad John Rylands, Ms. Hebreo 6, fol. 29v).