La hija del Faraón, sin nombre en la Biblia pero que la tradición llama Bitia, Merris, Thermutis o Asiya, según los comentaristas islámicos, bajó al río, encontró la cuna y dedujo que el niño era hebreo.
Lo recogió como propio y lo llamó Moisés que, según la narración, significa sacado de las aguas.
Al día siguiente, cuando quiso intervenir en una disputa entre dos hebreos, uno de ellos le recriminó la muerte del egipcio.
Moisés llegó con su ganado al monte Horeb, o Sinaí, y tuvo una revelación divina.
Manifestándose en una zarza ardiente, Dios le habló diciéndole que era el dios de Abraham, Isaac y Jacob, y que había resuelto liberar al pueblo de Israel por su intermedio.
Recibidos por el Faraón, las leyendas posteriores relatan una serie de desafíos que Moisés y Aarón debieron superar, ambos hermanos solicitan que se permita al pueblo hebreo partir al desierto para celebrar una fiesta en honor a Yahveh.
Como prueba de que su misión era ordenada por Dios, Aarón arroja su vara al suelo y se transforma en serpiente.
Sin impresionarse el Faraón llama a sus magos, que la tradición posterior llamó Janes y Jambres, y estos repiten el prodigio, pero la serpiente de Aarón devora a la de los magos.
[5] Siguiendo las instrucciones de Yavhé, Aarón extendió su vara (la misma que se había convertido en serpiente), y tocó el agua, no sin antes haberle solicitado al regente la libertad de los esclavos hebreos.
La plaga afectó a todas las fuentes hídricas de país, incluyendo los depósitos donde los egipcios almacenaban agua.
Muertos los anfibios, los egipcios los acumularon y eso produjo que se desatara una pestilencia.
[8] Sin embargo, cuando terminó la invasión, el faraón reconsideró sus intenciones y se negó a conceder las demandas.
(Éxodo 8,16-19) Al haber traicionado el faraón su promesa, Moisés y Aarón volvieron a realizar prodigios.
La amenaza hecha por Moisés dejaba en claro que esa sería la señal para diferenciar al pueblo hebreo del egipcio.
El faraón le pidió a Moisés eliminar esta plaga y prometió permitir la libertad de los Israelitas.
(Éxodo 9,1-7) La quinta plaga de Egipto, fue una terrible peste que exterminó al ganado egipcio, ya fueran caballos, burros, camellos, vacas, ovejas, cabras y animales domésticos de nobles egipcios.
De nuevo, el faraón endureció su corazón una vez más y no quería liberar a los israelitas.
(Éxodo 9,8-12) La sexta plaga de Egipto fue una enfermedad cutánea que suele traducirse como «úlcera» o «sarpullido».
Era incluso más sobrenatural que las plagas anteriores, una poderosa ducha de granizo mezclada con fuego.
El orador propuso entonces un compromiso: los hombres israelitas serían autorizados a marcharse, mientras que las mujeres, niños y ganado se quedarían en Egipto.
Dios entonces le dijo a Moisés que levantase su vara sobre Egipto y recogió un viento del este.
Durante tres días, nadie podía ver a su vecino ni moverse de su lugar.
Continuó su avance por Egipto y como no había ninguna puerta marcada con la sangre de cordero, el ángel de la muerte mató a los primogénitos egipcios, incluyendo al hijo del faraón, heredero al trono.
Los estudiosos judíos también afirman que la plaga buscaba humillar al faraón mismo, ya que según esta interpretación, se decía ser divino y hacía sus necesidades en el río para evitar ser visto como humano por sus súbitos, lo cual explicaría su presencia ese día en el río.
[15] El sustantivo hebreo כִּנִּים (kinim) podría traducirse como "mosquitos", "piojos" o "pulgas".
El escarabajo estaba fuertemente ligado al dios Jepri, quien es el dios de la eternidad ya que los egipcios creían que los escarabajos nacían de los animales muertos y otras materias no vivas.
[31] También se le atribuye a una epidemia de la alga tóxica Oscillatoria rubescens la apariencia y el olor del río, ya que según esta teoría, altas temperaturas habrían causado que el agua se volviera fangosa y eso propició la expansión de la especie vegetal.
[32] Las toxinas de la llamada marea roja hubiesen envenenado a los peces, causando su muerte.
Cuando la nube de cenizas alcanzó la estratósfera, se mezcla con la humedad y forman una piedra muy similar al granizo.
Mientras los egipcios dormían, la fuga de gas que había provocado las primeras plagas entró en erupción.