[cita requerida] Las pruebas genéticas indican que las pulgas son un linaje especializado de escorpiónidos parásitos (Mecoptera) sensu lato, relacionado más estrechamente con la familia Nannochoristidae.
Las primeras pulgas conocidas vivieron en el Jurásico medio; las formas de aspecto moderno aparecieron en el Cenozoico.
Probablemente las pulgas se originaron primero en los mamíferos y ampliaron su alcance a las aves.
Tienen el cuerpo comprimido lateralmente, lo que les permite desplazarse con facilidad entre los pelos o plumas del huésped.
[1] Esto representa una distancia de hasta 200 veces su propia longitud,[2] lo que convierte a las pulgas en el mejor saltador entre los animales en relación con su tamaño corporal.
[3] Inmediatamente antes del salto, los músculos se contraen y deforman la almohadilla de resilina, almacenando lentamente la energía que luego puede ser liberada muy rápidamente para impulsar la extensión de las patas para la propulsión.
Normalmente, tras alimentarse de sangre, la hembra deposita entre 15 y 20 huevos por día, hasta 600 en toda su vida, usualmente sobre el hospedador (perros, gatos, ratas, conejos, ratones, ardillas, ardillas listadas, mapaches, zarigüeyas, zorros, pollos, humanos, etc.).
Las larvas son ciegas, evitan la luz, pasan por tres mudas larvarias y tardan de una semana a varios meses en desarrollarse.
Por lo tanto para eliminar las pulgas se deberían tener en cuenta las siguientes acciones en la casa, ya que son un factor clave en la desaparición del 95 % de la infestación.
[6] En la mayor parte de los casos, las pulgas son sólo una molestia para sus huéspedes, pero algunas personas y animales sufren una reacción alérgica a la saliva de la pulga, produciéndose erupciones.
La pulga común (Pulex irritans), la del perro (Ctenocephalides canis) y la del gato (Ctenocephalides felis) pueden ser huéspedes intermediarios de cestodos (tenias o solitarias) como Dipylidium caninum o Hymenolepis diminuta los cuales pueden parasitar al hombre.
En muchas especies, las pulgas son principalmente una molestia para sus huéspedes, causando una sensación de picor que a su vez hace que el huésped intente eliminar la plaga mordiendo, picoteando o rascándose.
[11]: 126 Esto puede provocar una enfermedad cutánea eczematous pruriginosa llamada dermatitis alérgica a las pulgas, que es común en muchas especies huésped, incluidos perros y gatos.