Las escenas de conjunto, para las cuales se contó con mil participantes, no habían tenido precedente en el cine argentino.
[7][8] La guerra gaucha fue reconocida como la tercera mejor película del cine argentino de todos los tiempos en las encuestas realizadas por el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken en 1977 y en 1984, mientras que ocupó el puesto 7 en la edición de 2000.
En la secuencia final, pasada la batalla, los tres únicos personajes con vida, el sacristán herido, un viejo y el oficial peruano, enamorado de Asunción y convertido a la causa patriota, avistan las tropas de Güemes que llegan para seguir la lucha.
[19] Leopoldo Lugones (1874-1938) ejerció el periodismo y realizó una vasta obra literaria respecto de la cual dijo Ricardo Rojas:
Sin embargo ese propósito encontró resistencia en sectores de la coalición política denominada la Concordancia a la cual pertenecía.
[22][23] Apenas se inició la Segunda Guerra Mundial el gobierno argentino declaró el 4 de septiembre de 1939 la neutralidad del país frente al conflicto, repitiendo así la posición que había tenido durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
Gran Bretaña apoyó esa decisión pues le interesaba que Argentina se mantuviera neutral y pudiera seguir abasteciéndola de alimentos durante la guerra.
La Argentina, que durante los años anteriores había tenido continuos roces con los Estados Unidos,[25] se opuso a tal pretensión e influyó en forma decisiva para que se aprobara «recomendar» la ruptura, en lugar de hacerla obligatoria.
[28] Este cambio ideológico era observable también en la cultura, con la reivindicación del tango y de las raíces gauchas e indígenas.
En otros lugares de Estados Unidos como Texas, Colorado, Florida, Arizona, Nuevo México y California se repetía el fenómeno.
[34][35] Filmar La guerra gaucha estuvo desde el inicio en los planes de Artistas Argentinos Asociados.
Centrada casi exclusivamente en la problemática argentina e hispanoamericana, en su discurso propugnaba «reconquistar el dominio político de nuestra propia tierra» ya que consideraba que el país estaba todavía en una situación colonial.
A continuación se hizo un primer texto del relato y un desarrollo de las imágenes.
[45] Nació en 1907, estudió música y en 1928 viajó a España para incorporarse como bandoneonista en la Orquesta Típica Argentina.
En 1939 pasó a Pampa Film, una empresa con mayores presupuestos, para dirigir El hijo del barrio (1940), Corazón de turco (1940) y Chingolo (1941), todas ellas con su propio guion.
"[49] La siguiente película fue El cura gaucho, en la que inició su relación con Enrique Muiño, pero pese a su rotundo éxito comercial fue despedido por Pampa Film.
[49] Lucas Demare consideraba que los meses de enero y febrero (pleno verano) eran los más adecuados para hacer la filmación en Salta pero cuando tuvieron el dinero necesario debieron postergarla hasta el invierno porque les informaron que en los meses de verano eran allí frecuentes las inundaciones.
[50][51] Al llegar a Salta Demare fue presentado al jefe militar coronel Lanús pero pese a las cartas recomendaciones que llevaba no encontró buena voluntad por su parte y en lugar de ayudarlos ponía obstáculos, provocando que se les cerraran muchas puertas en la ciudad.
La filmación debía hacerse en una sola toma ya que, por supuesto, el poblado se podía incendiar una sola vez, por lo que tanto Demare como los camarógrafos y el resto del equipo se vistieron de gauchos o de realistas.
Mientras dirigía, un golpe de viento llevó el fuego hacia Demare haciéndole perder la peluca y dejándole la barba postiza chamuscada.
[54]En otro momento, Demare actuó como un soldado español que, atacado por los gauchos, recibe un lanzazo en el pecho.
Con material traído desde Salta en unos cincuenta camiones se construyó una aldea que abarcaba unos mil metros cuadrados, con quince casas, iglesia con campanario, hospital, caballerizas, corrales, comandancia, cementerio, hornos y pircas, todo lo cual quedaba destruido por el fuego en las escenas finales.
El cancionero que, suele estar dentro de cuadro, tiene funciones descriptivas, narrativas y dramáticas.
La crónica de El Heraldo de Buenos Aires expresaba: Por su parte la crónica del diario La Nación decía: Claudio España escribió: En opinión del crítico José Agustín Mahieu el filme tiene: Por su parte César Maranghello opina que
Finalmente, cuidando muchísimo el gasto, la producción de la película costó $ 269 %000 moneda nacional.
[69] Después de La guerra gaucha Lucas Demare dirigió películas como la multipremiada Su mejor alumno, Los isleros y El último perro.
[72] Por su parte el camarógrafo Humberto Peruzzi inició años después una extensa carrera como director de fotografía.