Pampa Film

[1]​ El estudio llegó a tener un cuerpo técnico permanente con figuras relevantes en sus especialidades, como Bob Roberts en fotografía, Humberto Peruzzi en cámaras, Lucio Demare en música y Ralph Pappier en escenografía.

[4]​ El director fue elegido a propuesta de Volpe que había visto en su primer filme rasgos de calidad pero salvo Saslavsky, Fernando y él mismo, todos los que iban a participar -incluidos los protagonistas- tenían un mal pronóstico acerca del proyecto; lo cierto es que su éxito significó para Pampa Film una recaudación de 300 000 pesos y, además, fue distribuida en otros países.

[7]​ Domingo Di Nubila no escatimó elogios a la película considerándola: Ferrando mandó a Enrique Faustín en gira por Iberoamérica para reintroducir las producciones del estudio en ese mercado, aprovechando el impulso del éxito comercial de Chingolo, pero no fue suficiente para revertir la situación económica de la empresa que debió pedir su concurso preventivo y Ferrando dejó la administración y gobierno a un nuevo directorio.

A continuación Benito Perojo dirigió cinco películas y se llegó a Delirio, un filme que empezó a dirigir Antonio Cunill Cabanellas, continuó Ernesto Arancibia y terminó Arturo García Buhr, como clara demostración de las dificultades por las que atravesaba la productora.

[1]​ Finalmente, Pablo Coll, que era dueño de varios cines, incluyendo el Cine Monumental,[9]​ asumió la dirección de Pampa Film y se formó una comisión integrada por Manuel Peña Rodríguez, el productor de cine publicitario Kurt Lowe y Enrique Pardo; a este período corresponden dos filmes de Perojo Villa Rica del Espíritu Santo y Chiruca, dos de Pierre Chenal, Se abre el abismo y Viaje sin regreso, una de Soffici, Despertar a la vida y, la última, Lauracha que tuvo como directores sucesivos a Ernesto Arancibia, Arturo García Buhr y Enrique Cahen Salaberry.