Sus abuelos, riojanos, eran descendientes de Facundo y su tío, José León Quiroga, fue amigo del Chacho Peñaloza.
Se inició muy joven en el circo donde trabajó muchos años como malabarista y equilibrista, junto a su primer esposo, el alemán Andrés Fischer, original creador de espectáculos musicales.
Su vocación dramática se manifestó en ella siendo todavía una niña cuando, al asistir a una representación teatral, exclamó admirada: "Yo quiero ser de esas que lloran".
En 1921 conoce al actor, letrista de tangos y secretario-representante de la Compañía "Muiño-Alippi", Juan Andrés Caruso con quien se casa por segunda vez.
Se la recuerda por su rostro único y su misteriosa voz, en especial en sus largos diálogos con Enrique Muiño en La guerra gaucha.