Durante la última etapa de su carrera, intervino con mayor frecuencia en televisión, en ciclos como Romina, Bianca o Las 24 horas.
Con su estilo de vida poco común, su rechazo por la vulgaridad, su rostro fotogénico y su voz profunda, se convirtió en una importante figura cultural.
Vivió sola gran parte de su vida, aunque estuvo casada en una oportunidad con Alberto Closas, con quien formó un dúo artístico, y mantuvo varios romances.
[4] Esta producción aún no pudo ser recuperada y Bence demoró bastante tiempo en reconocerla como parte de su filmografía.
En esta última, Bence reemplazó a la protagonista Amanda Varela cuando enfermó y logró compartir escena con Florencio Parravicini.
Esa actuación le valió un contrato de Olegario Ferrando para Pampa Film y otras tres participaciones cinematográficas.
[24] Luego de una larga temporada teatral con Luis Arata y una participación intrascendente en El forastero, filmó La vuelta al nido junto a José Gola.
Tuve una repercusión muy grande a raíz de aquella escena... tanto es así que, en el Teatro Maipo... hicieron una parodia».
[34] «La película entró en la historia, y yo tengo el honor de estar en ella, fue un punto fundamental en mi carrera», manifestó Bence.
[45] Durante el rodaje de María Rosa en Chile, conoció al actor español Alberto Closas y ambos iniciaron un romance.
[48] Su siguiente filme, El pecado de Julia, recibió críticas mixtas; sin embargo, Noticias Gráficas publicó que fue su mejor trabajo.
[55] Luego de su casamiento con Alberto Closas en 1950, ambos formaron una compañía actoral y se dedicaron con mayor frecuencia al teatro.
[62] La obra Pesadilla, estrenada en 1955, implicó una gira por Uruguay, Córdoba, Mendoza, Buenos Aires y Rosario, donde permanecieron dos semanas a sala llena.
[63] Alentada por Cecilio Madanes, estrenó La dama del trébol, obra que había tenido éxito en París interpretada por Madelaine Robinson.
[75] El diario La Prensa calificó su interpretación como «muy superior a lo que hasta ahora habíamos conocido de ella en teatro».
[76] Paralelamente con Madanes, estrenó Maribel y la extraña familia en el Teatro Odeón, cuyo éxito los llevó a otras ciudades tales como Mar del Plata.
[77] El redactor Osvaldo Pellettieri, refiriéndose a los exponentes teatrales, explicó: «Una revista publicó una nota intitulada "¿Qué opina usted de los vocacionales?"
Por su parte, Amelia Bence tuvo un tono mucho más amable, pero lejos de considerar que el ser parte del llamado "teatro vocacional" era una elección ética y artística, entendió que este era una suerte de "entrenamiento" para ingresar luego a la escena profesional».
El filme contó con las actuaciones de Luis Sandrini, Malvina Pastorino, Marcos Zucker, Guillermo Bredeston, Homero Cárpena y Bárbara Mujica.
[89] En Venezuela, debutó en el Teatro Municipal de Caracas con cuatro obras: Cándida, Un inocente adulterio, Un dios durmió en casa y Los amantes.
A su estreno, The New York Post escribió: «Juega con un personaje desesperanzado y logra llegar al corazón».
[100] Bence permaneció dos años sin trabajo y en 1989 viajó a Cuba para asistir al Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, donde fue recibida por Fidel Castro en una recepción.
Sobre esa experiencia, Bence declaró: «Habían pasado muchos años, corrido tanta vida que no podría encontrar las palabras para describir aquel retorno a un compartido ritual amado.
En 1999 fue convocada para realizar una obra en el XIV Festival Internacional de Teatro Hispano, pero esta debió ser cancelada por diversos problemas técnicos.
Antes de esa caída estaba acompañada en escena por Martin Wullich, y eran dirigidos por Rodolfo Graziano, en el Teatro Maipo.
[124] Una de sus hermanas, Esther Bence (1915-2005), estuvo vinculada al medio artístico e incursionó como actriz en nueve películas argentinas entre 1938 y 1950.
[126] La relación terminó en 1944, cuando Fernández Beyró le pidió que dejara su profesión para irse a vivir juntos y Bence desistió.
[127] Durante el rodaje de María Rosa (1946), conoció al actor español Alberto Closas (1921-1994), con quien contrajo matrimonio en 1950.
Desde 1964 a 1970, permaneció en pareja con Osvaldo Cattone, 19 años menor, quien la dirigió en Doña Rosita, la soltera y con quien trabajó en Perú en varias oportunidades.
[130] La redactora Ana Laura Lusnich, analizando sus trabajos, escribió: «Amelia Bence asume con inteligente comprensión la responsabilidad de su papel, encarnando a la joven emprendedora y valiente que se aventura».