[3] Sea como fuese, cabe hacer notar la casi completa inestabilidad ortográfica del término hasta bien mediado el siglo XVIII, no resultando extrañas formas como Ηiba Hernando, Hivahernando, Iban Hernando o Yvaferrando; tal y como figuran en distintos documentos de 1485 a 1768.El término municipal está atravesado por la Autovía del Suroeste en el pK 263.El término municipal está bañado por los arroyos de la Dehesa, Colmenarejo, Tejadillo y Canchales.Su formación vegetal se caracteriza por el bosque esclerófilo mediterráneo (la conocida dehesa), representado por la encina y el alcornoque, junto a otras especies como la jara, la aulaga, la retama, el cantueso, etc.La fauna específica de este hábitat se halla constituida por el zorro, el conejo, la liebre, la perdiz, el tejón, la cigüeña o el jabalí.[8] Tan elevado número de restos arqueológicos y, sobre todo, epigráficos romanos, permite hablar de una importante base demográfica que se mantendrá estable hasta bien entrada la Alta Edad Media.Ya según un documento inédito localizado al parecer entre los folios del Libro Becerro de la parroquia,[27] se admite que en 1513 había en el municipio «como cien vezinos, poco más o menos»; es decir, en torno a 400 habitantes.No obstante, habrá que esperar a la segunda mitad del siglo XVIII para obtener una imagen más veraz y, sobre todo, continua de su población.Si bien no conserva resto alguno anterior al siglo XIX, la antigua plaza mayor (actual Plaza del Obispo Dr. Jarrín) se descubre como elemento vertebrador del caserío surgido, al parecer, tras la conquista de Trujillo en enero de 1233.Presenta planta trapezoidal irregular: No así la parroquia, cuya poco común emplazamiento urbanístico hacia un extremo la aleja un tanto del eje principal de la población.[52] La portada de este lado se abre en medio punto con jambas y rosca cajeada, enmarcado el conjunto por pilastras estriadas que sostienen un entablamento de metopas y triglifos, con adornos a base de rosetas y círculos, coronado por un frontón circular con un magnífico escudo episcopal en el tímpano.Otra portada, a los pies del templo, de medio punto, permite un segundo acceso al interior.La capilla mayor, ochavada, se cubre con casquete semiesférico de ladrillo.En una fotografía de 1956, se aprecia el desaparecido retablo parroquial, formado por banco, un cuerpo dispuesto en tres calles separadas por pilastras y ático, con una hornacina central donde aparece una imagen de la Inmaculada Concepción.Tal y como se aprecia en la instantánea, una última hornacina dispuesta en el ático contiene la imagen de San José con el Niño Jesús antes citada.Cabe reseñar por último la pila bautismal, del siglo XV, sustentada al menos desde el XVII sobre un cipo funerario de época romana.Comenzaba antiguamente un ya casi olvidado jueves de Compadres.[57] El llamado jueves de Comadres,[58] los más pequeños siguen elaborando —quizá menos que antaño— caramelos con azúcar y cacahuetes en sartenes viejas.El martes siguiente, sale la chiquillería por las calles del pueblo con la conocida como «Vaca roma» y los cabezudos, al grito peculiar de «¡Un pasto pa' la vaca, que está mu' flaca!» Por último, el miércoles de Ceniza, tras la salida de misa, el Ayuntamiento invita a todos los asistentes a sardinas, pan y vino.
Yvaferrando
en un documento de 1485 conservado en el Archivo Histórico Municipal de
Trujillo
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