Al oeste del municipio se alza otra pequeña sierra cuya máxima cota recibe el nombre de La Atalaya (649 metros).
La localidad hunde sus raíces en la prehistoria, encontrando en todo el término determinados restos que nos hacen constatar tal hipótesis.
De la época musulmana son casi todos los vestigios que encontramos a lo largo del término.
Compraron la villa al rey Felipe II en el siglo XVI, aprovechando la bancarrota de la corona.
Sus descendientes viven en Villanueva de la Serena, Guareña, Valdetorres, Logrosán (Cáceres) y Madrid.