No obstante, varias comunidades judías en el Caribe, América Central y Sudamérica prosperaron, especialmente en las regiones bajo dominio holandés e idioma inglés.Para el fin del siglo XVI se habían organizado comunidades judías en Brasil, Surinam, Curazao, Jamaica y Barbados.[1] Hay varias organizaciones que operan entre las comunidades en la región, y la Jewish Culture Fund for Latin America está entre las más visibles de todas.Algunos rasgos de esta presencia judía aún se mantienen vivos y han influenciado la cultura local.[6] Algunas familias antiguas aún acostumbran encender velas los viernes al anochecer, y llorar sentados en el suelo la muerte de sus parientes queridos.En la primera mitad del siglo XX, el flujo de inmigrantes judíos se incrementó sustancialmente.Aquellos que quedaron, crearon comunidades en La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Oruro, Sucre, Tarija y Potosí.Los judíos se establecieron temprano en la historia de Brasil, especialmente cuando estaba bajo el control holandés.Según la propia comunidad judía en Chile, entre los descendientes más prominentes del español están el general José Miguel Carrera y Diego Portales.Acusado por sus hermanas —sinceras cristianas— de intentar convertirlas al judaísmo, Maldonado se declaró abiertamente judío, lo que le valió la condena a ser quemado vivo en 1639.La inmigración judía se detendría hacia el año 1945, aunque hasta la fecha siguen llegando israelíes al país especialmente en la Provincia de Aisén.Actualmente la comunidad tiene dos colegios en Santiago, uno en Viña del Mar, un policlínico público en Nataniel (barrio en el que vivieron los inmigrantes en sus inicios); dos hogares de ancianos, dos estadios israelíes (en Santiago y Viña del Mar), el Cuerpo de Bomberos Israel en Ñuñoa y cementerios.Buscaban ganarse la vida y huir de los tristes recuerdos que les traían las tierras donde crecieron.La mayoría se concentra en Bogotá, luego en Cali, Medellín, Barranquilla, Cartagena de Indias y San Andrés.Durante los años 40 hubo un movimiento nacionalista costarricense, cuya presencia motivó hechos de antisemitismo, pero en general la convivencia entre los judíos y los católicos se mantiene sin grandes problemas.Por suerte, el Perú era sumamente grande y aún quedaban amplios espacios territoriales en los que la Inquisición no estaba presente, por lo que prófugos o perseguidos de distinto signo («herejes», «judaizantes», «dogmatizadores», bígamos, etc.) podían ocultarse con relativa facilidad, alejándose de los grandes centros urbanos y sobre todo mimetizándose para ocultar su verdadera identidad personal o grupal.Los primeros judíos sefarditas hispanoportugueses probablemente llegaron a Chimbo y sus poblados próximos entre fines del siglo XVI y comienzos del XVII, aunque parecen haber existido nuevas olas de migración judía hacia esa zona en épocas posteriores.Entre otros Alberto Capua, Giorgio Ottolenghi, Aldo Mugía, Francisco Breth, Hans Herman, Leopoldo Levy, Paul Engel, Marco Turkel, Enrique Fenter, Benno Weiser, Otto Glass, Egon Fellig y Karl Kohn.Aproximadamente treinta familias judías de finales del siglo XIX han llegado desde el Líbano, Siria y Egipto.Los judíos asquenazíes vinieron provenientes principalmente de Hungría, Alemania y Rusia, estos últimos con la cooperación del gobierno sandinista en 1980.En la actualidad solo cuenta con dos miembros fundadores (nacidos judíos): el restos son conversos y no se reúnen a menudo.Estos primeros inmigrantes judíos llegaron bajo una nueva política inicial que promovía la libertad religiosa en los recién independizados territorios.[34][35] Actualmente, la vibrante comunidad judía está concentrada en la Ciudad de Panamá, y se encuentra plenamente integrada a la sociedad panameña.A diferencia de otros países, los judíos panameños participan activamente en el comercio, gobierno, en funciones cívicas y diplomáticas.A principios del siglo XX se establecieron en la ciudad de Asunción las primeras instituciones comunitarias.[cita requerida]Durante los años 20 llegaron a Paraguay judíos de Polonia, Ucrania y Alemania.Para todas las ramas del judaísmo el personaje Jesús es idolátrico, por lo tanto es imposible ser judío y mesiánico (cristiano) a la vez.Aquellos que se convirtieron a la fe católica fueron llamados cristianos nuevos, conversos y, con menos frecuencia, "marranos".La historia de la comunidad judía venezolana probablemente comenzó a mediados del siglo XVII en Caracas, Coro y Maracaibo.Entre los años 1920 – 1937 muchos prominentes judíos europeos visitaron Maracaibo para empezar a hacer negocios con la bonanza petrolera del país.