Coincidentemente, estas personas y sus familias se establecieron en el Valle del Cauca, región de Colombia.
Han seguido siendo miembros influyentes de la sociedad en ciudades tales como Cali,[5] Tuluá y Palmira.
Durante las generaciones la mayoría de sus descendientes se convirtieron o fueron criados como católicos seculares.
[6] Al ser Colombia un país con escasos inmigrantes en contraste a otros países de América Latina como Argentina, Brasil, Chile o Uruguay, no se produjo una ola migratoria en forma similar en la región andina por lo que no se formaron comunidades judías hasta el siglo XX.
En un editorial titulado “Los antisemitas de El Siglo”, critican abiertamente que en Colombia "ciertos jefes del Partido Conservador se dedican a[ a]gitar ese mismo trapo harapiento ante la opinión pública, atribuyendo a los judíos todos los males del país acusándolos con desenfado indescriptible, unas veces de capitalistas codiciosos, y otras de propagandistas del marxismo.
La mayoría se establecieron en Miami y otras partes de los Estados Unidos.
[20] Ya en el siglo XXI, se estiman para 2020 unos 2000 judíos en Colombia, concentrados principalmente[21] en Bogotá y Barranquilla.