Aunque muchos eruditos enfatizan que no hay evidencia con todo lo descubierto para probar que una comunidad judía existió en Tucacas desde el siglo XVII, la creencia popular venezolana dice que grupos de sefarditas fueron a Caracas y Maracaibo a partir de 1693, y desapareció sin dejar detrás ningún rastro.
Según Abraham Levy, la primera sinagoga en Venezuela fue fundada en 1710 y fue quemada diez años más tarde por el alcalde de Coro.
Los venezolanos que vivían en los alrededores apoyaron la permanencia de los judíos, pero las autoridades no tomaron en cuenta su opinión.
Hoy día existe una gran tensión entre el gobierno de Nicolás Maduro y la comunidad judía.
[8] Hacia el año 2019 la mayor parte de la comunidad judía había abandonado el país caribeño, quedando apenas unos 5000 judíos en Venezuela.
Venezuela y Nueva Granada luchaban contra los colonizadores españoles en las guerras de independencia.
Otras comunidades judías comenzaron a asentarse en Caracas y Puerto Cabello en la década de los 1840.
Pequeñas comunidades podían ser encontradas en ciudades tales como Puerto Cabello, Villa de Cura, Cumaná, Río Chico, Maracaibo, Barcelona y Barquisimeto.
Según un censo nacional tomado en el final del siglo XIX, solo 247 judíos vivieron en Venezuela como ciudadanos para 1891.
En los años 1920 - 1937 cuando no había empezado la Segunda Guerra Mundial muchos prominentes comerciantes Judíos de toda Europa llegaron a Maracaibo para estar involucrados en los negocios de petróleo que empezó a producirse en gran escala.
Maracaibo sigue siendo la ciudad con la más increíble mezcla de religiones nombres y culturas.
[18] La población judía en Venezuela alcanzó un máximo de 45,000 personas,[19] su mayoría estaba centrada en Caracas y con menor concentración en Maracaibo.
La judería venezolana está repartida por igual entre sefardíes y asquenazíes[cita requerida].
[19][23][24] En los primeros años del siglo XXI, el número de judíos venezolanos que emigran a Israel ha crecido constantemente.
[21] La comunidad judía venezolana está dividida a partes iguales entre sefardíes y asquenazíes.
El instituto también declaró que los partidarios pro-chavistas fueron los responsables de los frecuentes incidentes antisemitas tales como profanaciones y ataques contra sinagogas y grafitis con consignas como "Judíos a casa".