[3] El pueblo se formó con arquitectura colonial española, y se preserva hasta hoy en día con sus paredes blancas, puertas labradas y techos de teja roja.
Durante la segunda mitad del siglo veinte, Pucará sufrió una fuerte emigración de sus habitantes a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra y en menor escala a Vallegrande.
Las estaciones están marcadas por veranos suaves y lluviosos, e inviernos con frecuentes frentes fríos llamados surazos que vienen desde la Patagonia hasta las pampas en el departamento de Santa Cruz, causando heladas en los valles más orientales como Pucará.
Hay crianza de ganado ovino, caprino y vacuno.
El turismo también es una fuente cada vez más importante de ingresos, y con gran potencial, ya que Pucará está en la Ruta del Ché, entre Vallegrande y La Higuera, y es un pueblo con arquitectura colonial muy bien preservada.