Edmundo Tudor fue hijo del matrimonio entre el galés Owen ap Tudur (Owen Tudor) y Catalina de Francia (Catalina de Valois), viuda del rey Enrique V.
En 1485, tras recibir apoyo financiero de Francisco II, y habiéndose asegurado un cierto apoyo galés, Enrique Tudor empezó una nueva rebelión al desembarcar de nuevo en Gales; ideó un plan para hacerse con el trono enfrentándose rápidamente a Ricardo III porque éste tenía refuerzos en Nottingham y Leicester.
En política interior, los esfuerzos de Enrique VII se centraron en afianzar su posición en el trono tanto económica como dinásticamente.
Poco después de su ascensión al trono, Enrique VII forzó a la nobleza inglesa a suscribir un dictado real para no reclutar ejércitos privados.
Aunque Enrique VII ascendió al trono con apoyo francés, su política exterior, sin ser claramente antifrancesa, intentaba debilitar la influencia de este país.
En política exterior, el mayor activo del rey eran sus descendientes: su hijo Arturo Tudor se casó con Catalina de Aragón, y al fallecer este, Enrique VII logró la aprobación papal para un nuevo matrimonio de Catalina, esta vez con su hijo Enrique Tudor, el futuro Enrique VIII.
Fue enterrado en la capilla que mandó edificar en la abadía de Westminster, la capilla mariana de Enrique VII, y su hijo Enrique VIII le sucedió pacíficamente.
Enrique VII muere el mismo día (pero con 417 años de diferencia) que nace la reina Isabel II