Su padre fue herido por Ricardo III en persona en la batalla de Bosworth.
El cardenal, que conocía el historial de Suffolk, le recordó su ingratitud: «Si no hubiese sido por mi, un simple cardenal, vos no tendriais cabeza sobre los hombros para poder decir eso», Tras la caída en desgracia de Wolsey, la influencia de Suffolk se incrementó notablemente.
Murió en Guildford, Surrey el 24 de agosto del año siguiente.
Se le atribuye haber negociado varios asuntos con Luis, y a la muerte de Luis se le envió a congratular al nuevo rey, Francisco I.
El amor entre Suffolk y la joven reina viuda María había existido antes del matrimonio, y Francisco rotundamente le acusó de la intención de casarse con ella.
Tanto Francisco como Enrique profesaron una actitud amistosa hacia el matrimonio de los amantes, pero Suffolk tenía muchos enemigos políticos, y María temía que de nuevo la sacrificaran por consideraciones políticas.
Se casaron públicamente en Greenwich Hall el 13 de mayo.
El duque ya se había casado dos veces, con Margarita Neville (la viuda de John Mortimer) y con Ana Browne, a quien él había sido prometida antes de su matrimonio con Margarita Mortimer.
Murieron del llamado sudor inglés con sólo una hora de diferencia.
Se comprometió a casarse con Elizabeth Grey, quinta baronesa de Lisle (1505–1519).