Su afirmación de ser Eduardo Plantagenet en 1487 constituyó una amenaza para el gobierno recién establecido por Enrique VII.
A los diez años, fue tomado como pupilo por un sacerdote formado en Oxford, de nombre Roger Simon (o Richard Symonds) que, aparentemente, había decidido convertirse en un fabricante de reyes.
Llevó a Sinmel a Irlanda, donde la causa de York contaba aún con numerosos seguidores y le presentó al Lord Diputado, el conde de Kildare.
Lord Kildare reclutó un ejército formado por soldados irlandeses al frente del cual situó a su hermano Thomas Geraldine.
Se reunió también con el vizconde Lovell, que había apoyado un fallido alzamiento yorkista en 1486.
Lovell desapareció; hubo rumores de que había escapado para evitar el castigo.
Enrique perdonó al joven Sinmel (probablemente porque había sido una marioneta en manos de los adultos) y le dio un trabajo en la cocina real como asador.