Gigante (mitología griega)

[2]​ Son conocidos por la Gigantomaquia, su lucha contra los dioses olímpicos por la supremacía del cosmos.

[11]​ Baquílides los refiere simplemente como «hijos de la Tierra», sin especificar más datos.

[12]​ Más tarde el término terrígeno (gegeneis, «nacido de la tierra») se hizo común para referirlos.

[17]​ Los gigantes aparecen esencialmente en el episodio de la Gigantomaquia (o ‘Guerra con los gigantes’), en la que se enfrentaron a los dioses del monte Olimpo, intentando llegar a ellos apilando las dos cadenas montañosas de Tesalia, Pelión y Osa, una sobre la otra.

Se decía[6]​ que Gea, indignada por el destino de sus hijos anteriores, los Titanes, engendró sola a los gigantes, seres monstruosos e inconquistables con temibles rostros y colas de dragón.

[19]​ El relato más extenso acerca de la Gigantomaquia es narrado por Apolodoro, y es como sigue.

Conociendo esto Gea busca una droga para que no pudieran ser vencidos ni por un mortal.

Éste primero disparó su arco contra Alcioneo, quien al caer en tierra se reanimó.

Atenea arrojó sobre Encélado fugitivo la isla de Sicilia, y habiendo arrancado la piel a Palante, con ella protegió su propio cuerpo en el combate.

Los gigantes fueron castigados por Zeus a causa de la iniquidad mostrada con los otros hombres, porque, confiados en su superioridad física y en su fuerza, habían esclavizado a sus vecinos, desobedecían las leyes que él mismo establecía en defensa de la justicia y emprendían la guerra contra aquellos que todos consideraban dioses por sus beneficios a la comunidad.

Y otro a su vez, habiéndose dejado caer inclinado hacia delante a las olas del mar, bebía el agua con su boca; corría con ruido por su garganta la ola salada de Nereo resbalando barbilla abajo.

Amenazaba con desgarrar toda la tierra en sus entrañas, con trastornar el cielo y derribar la morada de Zeus.

Su madre le excitó el vigor a él que, habiéndola alzado, llevaba como dardo la isla; ésta, al levantarse, ocultó la luz del sol y en ella había árboles, ríos, fieras y pájaros.

Pues hendió con relámpagos las nubes y juntamente con sus rayos hacía caer sin cesar sobre Encélado una lluvia de fuego (quería aniquilarlo).

Se precipitó sobre éste una isla que él mismo lanzó al cielo.

[22]​ Según Pausanias, cerca de la cuenca del Alfeo hay fuente llamada Olimpiada, que echa agua un año sí y otro no, y cerca de la fuente brota fuego.

Se dice que, cuando los dioses salieron en campaña contra los gigantes, Dioniso, Hefesto y los Sátiros marchaban a lomos de burros.

Pueden estar confundidos con titanes o autóctonos pero se incluirán en la lista a todos lo que sean especificados explícitamente como «gigantes» en los textos mitográficos.

[25]​ Otros gigantes no son descritos en la Gigantomaquia, aunque pudieran participar en otras teomaquias.

Las primeras representaciones de la gigantomaquia aparecen en el siglo VI a. C. en vasos, esculturas y elementos arquitectónicos.

Mientras que los dioses pueden identificarse por rasgos característicos, por ejemplo Hermes con su sombrero (petasos) y Dioniso su corona de hiedra, los gigantes no se caracterizan individualmente y sólo pueden identificarse por inscripciones que a veces nombran.

Posteriormente, en el siglo IV a. C., se relaciona a los gigantes con los volcanes de Italia.

Este modelo, en el que los gigantes lucen una gran musculatura, cabellos alborotados y grandes barbas, tuvo continuidad en la época romana, aunque en este periodo las piernas de los gigantes tienen siempre forma de serpiente.

En el extremo izquierdo del friso oriental, una Hécate triple con una antorcha lucha contra un gigante con patas de serpiente que suele identificarse (siguiendo a Apolodoro) como Clitio.

El gran tamaño del friso probablemente hizo necesario añadir muchos más gigantes de los que se conocían hasta entonces.

Algunos, como Tifón y Tito, que no eran gigantes en sentido estricto, tal vez fueron incluidos.

Otros nombres de gigantes menos conocidos o desconocidos son Alecto, Ctonófilo, Euribiante, Molodro, Óbrimo, Octeo y Olíctor.

Reaparecen a partir del renacimiento, como simples hombres musculosos que luchan contra Zeus.

[75]​ Los gigantes en la mitología griega no solo tienen un papel importante en las narraciones literarias, sino que también han sido ampliamente representados en el arte, desde la cerámica hasta la escultura monumental.

La Gigantomaquia no solo fue un tema central en la cerámica, sino también en el arte escultórico monumental.

Poseidón (izquierda) con un tridente y con la isla Nísiros en su hombro, luchando contra un Gigante (posiblemente Polibotes ), vaso de figuras rojas c. 500–450 a. C. ( Cabinet des Medailles 573) [ 1 ]
Gigante luchando contra Artemisa .
Fuente que evoca al Gigante Encélado surgiendo de la Tierra, en los jardines del Palacio de Versalles .
Estatuilla de bronce de un gigante procedente de Asia Menor, tercer cuarto del siglo II a. C.
Parte del altar de Zeus de Pérgamo en el que dos gigantes —Agio y Toante— son derrotados por las Moiras . Berlín, Museo de Pérgamo .