El árbol de la vida (película de 2011)

[4]​ Desplegando un brillante lirismo visual y sonoro, Malick construye con esta película una reflexión poética muy personal sobre la trascendencia existencial del ser humano.

Sin embargo, el hecho que marcará para siempre a la familia se produce diez años después.

De hecho, la fábrica acaba cerrando su sede en Waco y toda la familia debe mudarse a un nuevo hogar.

En ella, el entorno ha cambiado radicalmente y se ve a Jack, ataviado con la misma indumentaria, avanzando por un terreno árido.

Algo desorientado, se deja guiar por una misteriosa muchacha que le precede a cierta distancia.

La madre, con una profunda y triste sonrisa, deja ir a su hijo, que se aleja solo por un inmenso salar.

[10]​ Malick propuso el proyecto a Bill Pohlad, director de River Road Entertainment, que acabaría financiando la película.

También en una fase temprana se incorporó el productor Grant Hill, y después lo haría Dede Gardner.

Gardner era socio de Plan B Entertainment, la compañía audiovisual cofundada por Brad Pitt.[13]​[14]​[n.

Así, en la versión final la familia acababa mudándose de la casa donde los chicos habían vivido su infancia; sin embargo, en otra línea argumental, que sería finalmente descartada, el recorrido por el pasado de los O'Brien se prolonga unos años más: hasta que Jack, tras finalizar la escuela primaria, ingresa en un internado religioso.

[12]​ Se trataba de otro guiño autobiográfico, ya que el propio Malick había ingresado, en 1955, en la St.

Uno de los montadores, Billy Weber, dijo: «Terry está dispuesto a probar cualquier cosa, absolutamente todo.

A veces eliminábamos un personaje de una escena o cortábamos todo el diálogo solo para ver si funcionaba.

«El DI fue muy sencillo; no queríamos alterar lo que habíamos obtenido al grabar», manifestó Lubezki.

En la ecuación temática entre lo natural y lo divino que plantea el director, la música elegida representa lo invisible, aunque no siempre de forma obvia.

Sin embargo, en el montaje final se escuchan solo unos minutos de este álbum.

En contraste, su madre era ama de casa y el chico la adoraba por su «angelical» carácter.

Se había casado en 1985 con Michèle Gleason, que tenía una hija fruto de una relación anterior, Alexandra.

[11]​ Sin embargo, al director no le agradaba que se establecieran tales paralelismos.

[30]​ Malick, de hecho, viajó a Alemania para conocerlo y, tiempo después, tradujo Vom Wesen des Grundes, que se publicaría en Estados Unidos como edición bilingüe alemán-inglés con el título The Essence of Reasons.

[30]​ Del mismo modo que el joven Jack no podía entender las acciones de su tiránico padre, el Jack adulto tampoco podía comprender la forma cruel e injusta en que Dios parecía castigar a los buenos y recompensar a los malvados.

10]​ Desde un enfoque cristiano, el editor Brett McCracken encuentra similitudes con la idea del Espíritu Santo, que primero «pastorea» a los niños hacia «el buen camino» y luego conduce al Jack adulto en su tránsito, con las puertas como símbolo, hacia la fe.

[9]​ Martin Woessner, de Philosophy Today, lo interpreta como la conexión final con la deidad creadora, el mismo gran nexo que Malick había buscado en vano en la filosofía académica.

[32]​ Junto con las copias distribuidas a los cines, el director había hecho adjuntar una nota con instrucciones concretas para la exhibición.

[30]​[43]​ Uno de los más desencantados con el resultado fue precisamente Sean Penn, que encarnaba al Jack adulto.

El medio le otorga la máxima puntuación en todos los apartados: Dirección, Temática, Interpretación y Emotividad.

[55]​ Más severo aún fue Luis Martínez, en El Mundo, quien destacó en su crítica la «pura ambición autoindulgente» del director; «¿obra maestra o gran fraude?

[43]​ En la misma línea, Patrick Hutchings, para la revista de filosofía Sophia, la encontró original pero aburrida y «rancia» en su mensaje, y sentenció: «Si Malick se proponía resolver las profundas cuestiones que plantea, puede incluirse en el club de los que no lo han conseguido».

[33]​ Otros la despacharon burlonamente como «El anuncio de seguros más largo del mundo» o con un breve resumen telegráfico: «Un niño que muere.

[30]​ El crítico cinematográfico Roger Ebert, del Chicago Sun-Times, tras otorgarle la máxima puntuación, proponía la siguiente analogía.

Angel Oak, roble de la variedad virginiana ubicado en Charleston (Carolina del Sur).
El roble Angel , ejemplar de la variedad virginiana ubicado en Charleston (Carolina del Sur) .
Puente Verrazano-Narrows, que conecta Brookling con State Island.
Puente de Verrazano-Narrows