Existencia

[1]​[2]​ La palabra existencia proviene del término latino existentia, derivado tardío del verbo existere, compuesto de ex- («fuera»)[3]​ y sistere («detenerse»)[4]​ o stare («estar derecho»),[5]​ y que significa «salir, aparecer, mostrarse»; o bien «ser, estar».

Con Parménides el problema adquiere un nuevo sentido en cuanto a la inteligibilidad como Idea del ser.

Consideraron, pues dos modos fundamentales de existencia: la materia y la forma.

Un demiurgo toma como modelo dichas ideas y las introduce como "almas" o formas (principio de movimiento) en la materia, que propiamente no es nada; la materia por sí es caos, desorden (el mal).

Todos lo demás términos del lenguaje representan conceptos, (cantidades, tiempo y lugar, relaciones, cualidades, etc., las llamadas Categorías) que se aplican a la sustancia primera como predicados; si bien hay uno, el de sustancia segunda que, por representar la esencia es universal y predicado de todos los individuos existentes que tengan participación en la misma esencia durante toda su existencia y de forma permanente.

Frente a todos estos autores, que consideran la realidad de las ideas en Dios, pero no en el entendimiento humano y por eso son llamados realistas, se encuentran los que consideran que las ideas no tienen realidad alguna fuera del pensamiento de quien las piensa, son puros nombres.

Los conceptos generales no tienen existencia como tales, sino dependencia del pensamiento que los crea.

[nota 3]​ Los dos términos se unen mediante el verbo 'ser', que actúa como cópula; o 'no ser', si el predicado es negado del sujeto.

Cada juicio tiene tres componentes: el término sujeto, el verbo copulativo que vincula o separa el sujeto del predicado, sea este como tributo de la sustancia o bien como modo de la misma.

Herbart y John Stuart Mill aceptaron la naturaleza predicativa de la existencia en frases como «un número, que es el más grande, no es posible» (Herbart)[11]​ o «un centauro es una ficción poética» (Mill).

[cita requerida] Esta idea la expresó Quine con su frase: «Ser es ser el valor de variable.»[13]​ En otras palabras, la existencia viene a ser un cuantificador lógico (llamado «cuantificador existencial») con el que se determina que se da al menos un caso de alguna pareja sujeto-predicado, donde el sujeto es una variable lógica cuyo dominio está establecido por el predicado.

[cita requerida] No obstante lo anterior, no cabe duda de que algunas ideas tales como los ‘Pegasos’, los ‘Centauros’, los ‘Cocos’ o las ‘Brujas’, significan algo, tienen alguna realidad de referencia, porque las usamos en determinadas situaciones con sentido y eficacia, por ejemplo, en la exclamación "¡Niño si no comes la sopa va a venir el Coco!".

Alexius Meinong pasa por ser el filósofo que otorgaba realidad al significado de los conceptos.

Es lo que concede sentido y nos permite afirmar: La montaña de oro no existe.

Russell que llegó a aceptar el punto de vista de Meinong critica posteriormente esta posición en que hace existente a toda la realidad,[nota 8]​ lo cual parece excesivo.

Étienne Gilson considera que esencia y existencia son conceptos irreductibles.

Por otra parte, la afirmación 'un puente cruza la Laguna Estigia en Limbo' tiene la misma forma, pero mientras en el primer caso comprendemos un puente real en el mundo real hecho de piedra o ladrillo, es menos claro lo que significará la 'existencia' en el segundo caso.

Este método fue aceptado generalmente en el siglo XX por la escuela analítica de filosofía.

Pero en la cosmovisión del gran público, la existencia incluye objetos reales, ficticios y aún contradictorios.

En otras palabras, el significado de los conceptos, los interpretamos nosotros en cada contexto en el que son utilizados.

Según la Teoría de Descripciones de Bertrand Russell, el operador de negación en una frase singular tiene un ámbito amplio y estricto: distinguimos entre 'algún S es no-P' (donde la negación toma un ámbito estricto) y no es el caso que 'algún S sea P' (donde la negación toma un ámbito amplio).

El problema es que tal distinción no puede mantenerse en el caso de los nombres propios.

Generalmente, la teoría de descripciones ha caído en descrédito, aunque ha habido intentos recientes para reanimarla por Stephen Neale y Frank Jackson.

Según los dos sentidos de existencia, amplio y estricto, podríamos establecer que: El sentido común sugiere la no existencia de cosas como los personajes o lugares y mundos ficticios.

Desde el principio la vida del hombre como ser racional plantea una reflexión: el sentido de la existencia.

Platón compara el Sol con la Idea del Bien. En muchas culturas el sol es una analogía con Dios.