[5] Como ocurre en cualquier disciplina, la definición de cine experimental puede estar sujeta a discusión.
[6] Se podría decir que una película es experimental si ha sido concebida fuera de la gran industria del cine, o bien, si se trata de un filme donde "las preocupaciones formales aparecen en un primer plano",[7]dejao al margen las preocupaciones industriales, económicas, comerciales, literarias, teatrales, narrativas, etc.
[8] Según estas primeras distinciones, pues, se puede afirmar que el cine experimental está lejos de poseer una clasificación unánime.
En primer lugar, el cine se desarrolló plenamente como medio y empezó a decrecer la popularidad del entretenimiento masivo.
Esta contribución fue posible gracias a autores como Hans Richter, Jean Cocteau, Marcel Duchamp, Germaine Dulac y Viking Eggeling, por ejemplo.
La historia del cine experimental comienza, pues, con el precine y evoluciona hasta la actualidad, constituyendo así una época entera de producción cinematográfica.
Sin embargo, se considera que la película experimental más importante a nivel mundial es Un perro andaluz (1929), de Luis Buñuel y Salvador Dalí.
Desde 1947 hasta 1963, el Cine 16, con sede en Nueva York, funcionó como principal expositor y distribuidor de películas experimentales en Estados Unidos.
Se organiza de acuerdo con una lógica que le es propia, la narración compleja, fragmentaria, deconstruida o inexistente.
De hecho, Andre Parente afirma, en referencia a los elementos del cine experimental, que "[...] el cine [experimental] hace converger tres dimensiones diferentes: la arquitectura de la sala, heredera del teatro a la italiana [pone énfasis en el espacio, que acaba de dar forma al filme, e incluye, además el espacio físico, el público y su atención y reacción y todo lo que pueda suceder en aquella sala y que pueda intervenir, de algún modo, en la proyección]; la tecnología de captación/producción, un patrón diseñado a finales del siglo XIX; y la forma narrativa ".
Se puede afirmar esquemáticamente que las cuatro cooperativas surgidas en los años 70 y 80 vinculadas al cine experimental francés se pueden diferenciar de acuerdo con estas cuatro tendencias: Durante los años setenta, el empresario navarro Juan Huarte Beaumont, mecenas de Jorge Oteiza, Eduardo Chillida y Antonio López, fundó la productora X Fims para promocionar el cine experimental en España.
También hay que destacar de la época de los 60 hasta finales del siglo XX los siguientes artistas: Néstor Basterretxea, Fernando Larruquert, Ton Sirera, Iván Zulueta, Frederic Amat, Antonio Maenza, Ángel García del Val, Pedro Almodóvar (rodando en Super-8), Ricardo Bofill, Javier Aguirre, Joan Brossa, Jaume Xifra, Luis Rivera, Ramón de Vargas, Oriol Durán, Ramón Masats, Llorenç Soler, Antoni Padros, José Ángel Rebolledo, Carles Barba, Jacinto Esteva, Joaquim Jordà, Julia Juániz (película pintada a mano), Carlos Durán, Ricardo Muñoz Suay, José María Nunes, Carles Santos, Marcel Pey, Manuel Huerga, Eugeni Bonet, Eugenia Balcells, Juan Bufill, Adolfo Arrieta y Benet Rosell.
En tiempos más recientes, y ya en el siglo XXI, destacan autores como Carlos Serrano Azcona con películas como Banderas Falsas, Joaquín Lledó, David Varela, Virginia García del Pino, María Cañas, Enrique Piñuel, Víctor Iriarte, Ion de Sosa, Luis López Carrasco, Antoni Pinent, José Ramón da Cruz, Chus Domínguez, el poeta gallego Francisco Brives con largometrajes como Nunc et in hora (sin diálogos), Drako, Narciso Violado y Gonzalo López-Gallego, y los cortometrajistas César Velasco Broca y Laida Lertxundi.
Es considerado uno de los directores más importantes y originales de la historia del séptimo arte, que en 1929, junto a Salvador Dalí, realizó el filme pionero del cine experimental a nivel mundial: Un perro andaluz.
Durante la década de los 90 fue declarado precursor del cine experimental y referente argentino en el mismo ámbito.
Caldini decía: "[...] el cine experimental siempre presenta a su propia materia y no trata de seguir una línea narrativa.
Otra exponente de esta corriente fue Narcisa Hirsch, que dedicó su vida al cine experimental.
Hirsch definía el cine experimental como "[...] un lenguaje distinto y por eso tienen que tener paciencia.
Ruttmann enriqueció el lenguaje del cine como medio expresivo utilizando nuevas técnicas que más tarde se convertirían en una gran influencia para cineastas posteriores.
Las películas de Dziga Vértov, Sergei Eisenstein, Lev Kuleshov, Alexander Dovzhenko y Vsévolod Pudovkin fueron fundamentales para proporcionar un modelo alternativo al que ofrecía el Hollywood clásico.
El diseño de títulos y la publicidad televisiva también han sido influenciados por este mismo cine experimental.