Barrio de La Latina (Madrid)

No debe confundirse con el 10.º distrito de Madrid, también llamado Latina.

La Latina ocupa gran parte del Madrid más antiguo, a veces también conocido como Madrid de los Austrias con el que coincide en gran medida, y guarda una peculiar organización urbana propia de la distribución medieval, con plazas amplias y calles estrechas que siguen el antiguo recorrido de las aguas.

En este sentido se puede decir que La Latina constituye gran parte del verdadero centro histórico de Madrid.

Constan de cuatro o cinco alturas, más divididas en pisos en función del aumento de la altura, consagrándose en general la primera planta completa a residencia del propietario y el resto a alquileres.

Particularmente característica fue la demolición del viejo mercado de la Cebada, inaugurado en 1875 para sustituir e institucionalizar la venta al aire libre en la plaza del mismo nombre y dar satisfacción al nuevo gusto modernista.

[2]​ El proyecto de reforma por parte del Ayuntamiento del mercado y las instalaciones deportivas adjuntas,[3]​ se paralizó durante años debido a los problemas financieros que atravesó el consistorio[4]​[5]​ estando prevista la construcción de un nuevo proyecto[6]​ que deberá estar terminado en 2021.

También ha de encontrarse una explicación histórica a las dos Cavas (Baja y Alta), en la actualidad dos calles que transcurren casi paralelas repletas de comercios y lugares de ocio y que originalmente marcaban el acceso a los huecos excavados bajo la muralla que permitían el acceso y salida de la ciudadela incluso con las puertas cerradas.

Por ella se llega a la «Morería Vieja», probable centro de la antigua ciudad árabe y posteriormente arrabal de moriscos irredentos y conversos, durante mucho tiempo y hasta finales del siglo XIX en estado de ruina y abandono, de todo lo cual pervive el nombre de la calle de la Morería y, probablemente, el de la plaza del Alamillo, propuesta cristianización del viejo alamud o tribunal árabe que se correspondería con algunos estudios que adjudican a este lugar el viejo ayuntamiento moro (aunque tal vez sea solo referencia popular al álamo que tuvo[12]​ esta plaza).

Otras teorías encuentran el origen del nombre en los muchachos que se tenían de hospedaje en dicho palacio, quiénes, desde las ventanas a la altura de la calle, se divertían embromando a los viandantes.

La segregación espacial por barrios, definitiva en Madrid a partir del siglo XIX, hizo que los aristócratas abandonaran sus palacios lo que, unido a la desamortización de Mendizábal, hizo que se derribaran las más importantes parcelas para construcción de edificios para el alquiler con el mayor aprovechamiento posible, es decir, con corralas, distribución mínima del espacio por familia, etc.

Fachada principal de la basílica de San Francisco el Grande , vista desde la carrera de San Francisco.
Restos de la antigua muralla en la calle de los Mancebos
La plaza de la Paja en primavera
Casa museo de San Isidro o de los orígenes en la plaza de San Andrés
Arco de la iglesia de san Andrés , donde iba a dar el pasadizo que comunicaba el Palacio de los Lasso de Vega con el templo.
La iglesia de San Andrés vista desde la plaza de los Carros
La torre mudéjar de San Pedro el Viejo desde la calle del Príncipe de Anglona. A la izquierda, fachada del Palacio de Anglona .
Terrazas de domingo en La Latina